Sofía Barrera y David Giurda son dos jóvenes oriundos de San Francisco y Colonia Prosperidad, respectivamente, que dejaron todo en sus ciudades natales para embarcarse en el sueño de conocer distintos lugares del mundo.

La idea del viaje, que comenzó un de 2 de noviembre de 2014 y cuyo destino es México, surgió hace casi siete años, aseguran, y fue tomando forma hasta que, contagiados por el entusiasmo de un amigo en común que ya había vivido la experiencia, se convencieron.

La pareja viaja a bordo de un Renault 12 modelo 1978, con el dinero y la ropa justa pero con muchas expectativas.



Recorrido

Previo al viaje, los jóvenes se despidieron de sus familias. Los primeros seis meses el recorrido incluyó distintas provincias de Argentina. Luego fueron tres meses en Bolivia, la primera experiencia fuera del país para ambos. “Fue un choque cultural muy grande en el buen sentido. Nos encontramos con una Bolivia hermosa, muy recomendable para todas aquellas personas que sientan curiosidad”, contó David en una de las numerosas entrevistas que ya brindaron desde que comenzaron el periplo.





El camino siguió por Perú, donde permanecieron por tres meses y donde sumaron a Bianca, una perrita que se encontraron por el lugar. A posterior se sumaron otros tres meses en Ecuador, donde recibieron la visita de la mamá y la tía de Sofía, y otros cinco en Colombia.

Tras abandonar suelo sudamericano, la aventura de los chicos continuó por Panamá y Costa Rica. Desde allí siguió Nicaragua, Honduras y Guatemala, donde se encuentran hoy. Arribarán a México en unos días.

Subsistencia

Los jóvenes hacen dinero a partir de la venta de artesanías y de la música.



Duermen en el vehículo, mientras que para el aseo visitan instituciones sociales como la Cruz Roja o los Bomberos Voluntarios.

Animarse

David afirma que siempre alienta a la gente “a que salga, porque hay un sociedad hermosa afuera, sin discriminar nacionalidad, en todos lados. Eso facilita mucho la tarea. Subsistimos por la solidaridad de la gente”.

Y es tajante en cuento a que “el límite solamente lo pone el ser humano”.





 

“El viaje nos ha servido para crecer, para aprender, para compartir con la gente y conocer muchas cosa nuevas, entonces ‘por qué no’”, refleja ella.

Redes sociales

El recorrido puede seguirse a través de la página de Facebook Müñalkyawn// Andar Libremente.





 * Con información de FM Centenario y Nuevavisión.