Emperador y Forastero eran los nombres de los dos caballos que murieron mientras disputaban el pasado fin de semana la Copa Challenger, la carrera “cuadrera” más importante del país, que esta vez tuvo como escenario el Hipódromo de San Francisco. Además hubo otros dos equinos con complicaciones.

El evento atrajo a muchos espectadores a nuestra ciudad, tantos que prácticamente no había plazas hoteleras disponibles durante sábado y domingo pasados. Asimismo, las cifras de dinero que corrieron en apuestas, según pudo saber El Periódico, fueron millonarias.

Estos caballos, claro, no son los primeros en desplomarse y fallecer en plena competencia. Y se presume, al menos en el corto y mediano plazo, que no serán los últimos. Las muertes que se originan en este tipo de carreras concertadas (no pertenecen a las oficiales) despiertan la indignación de quienes sospechan que algunos propietarios dopan a los animales para que tengan un mejor rendimiento aprovechándose de la falta de control y regulación.

Lo ocurrido en el “Oscar C. Boero” llevó a las autoridades del Jockey Club de San Francisco a emitir un comunicado aclarando que habían concesionado el predio para esta carrera “a los efectos de coadyuvar al Turf Nacional”. Agregaron que se cumplieron con los requisitos legales, protocolares y administrativos vigentes, y responsabilizaron al organizador del evento por lo ocurrido.

Desde la institución informaron también que ante la muerte de los equinos hicieron una denuncia penal y que el mismo domingo realizaron la necropsia a los caballos a los efectos de detectar si se estaban afectados por alguna sustancia prohibida.

Paralelamente, la Fundación Bio Animalis será querellante particular con el fin de colaborar con la fiscalía del cuarto turno, que tiene el caso en sus manos. Una causa que ya tuvo su primera anomalía el pasado lunes, cuando en un allanamiento detectaron a los animales carbonizados luego de que sus cuerpos sean quemados en una fosa, junto a unos neumáticos, a un par de kilómetros del predio.

Las cuadreras en el ojo de la tormenta

Las cuadreras son carreras de caballos en las que los animales tienen que recorrer unos 500 metros, menos que en las de turf, que parten de los 800. Para muchos se trata de una actividad tradicional que se realiza en el campo, aunque ahora -como ya ocurrió con las de perros galgos- han empezado a generar rechazos por el maltrato animal.

Este tipo de eventos son denunciados por la ausencia de controles para los equinos participantes. Son organizadas por terceros, sin respaldo institucional del turf oficial. Pese a ello, son muy promocionadas, atraen a muchos espectadores y las apuestas son millonarias.

Un aficionado al turf contó a El Periódico que estas carreras “concertadas” surgen de la negociación entre los dueños de los caballos y los organizadores del evento. Quienes participan forman parte del ambiente y saben que no se imponen ciertas condiciones como en las carreras oficiales, tales como la presentación de libretas sanitarias, documentación del caballo, controles antidoping, entre otros.

“En las cuadreras llega Juan con un caballo y corre, sin tantas explicaciones”, señaló la fuente, quien aseguró que los organizadores se mueven por todo el país para poder entablar relaciones con los propietarios de los caballos y acercarlos a competir.

“Se forja una relación tal que el dueño del caballo va y corre. Esto no es algo fácil de hacer, un hipódromo no lo puede hacer”, agregó, señalando cómo llegan estas competencias que van por fuera del turf oficial a una pista tradicional del interior como la de nuestra ciudad.

Sobre la Copa Challenger jugada el fin de semana pasado, otra fuente vinculada a las carreras de caballos contó: “Esta reunión venía precedida de un hecho de muerte en Misiones donde le echaron la culpa al calor. Entonces a esta nueva competencia Misiones le dio la espalda, lo mismo Santa Fe. Es por eso que recala en San Francisco”.

Un dato que aportó esta fuente coincide con lo que se sostiene sobre las carreras cuadreras: la cifra de dinero que se va en apuesta es millonaria. “Habría que preguntarse de dónde sale tanto dinero que se pone en juego, de dudosa reputación. Se llegó a apostar hasta 5 millones de pesos”, sentenció.

Sólo para tener una idea, un caballo como Emperador (uno de los fallecidos) comprado en Brasil, cuesta unos 25 mil dólares.

Por otra parte, aclaran desde el ambiente “burrero” que San Francisco es una excelente plaza. Primero porque su hipódromo tiene una recta de mil metros única en el interior del país, que puede verse en predios como el de San Isidro y Palermo. En segundo lugar, porque está ubicada en un lugar estratégico en el territorio nacional.

Qué son las carreras “cuadreras”, donde murieron dos caballos en el hipódromo de San Francisco

Investigación abierta

La investigación continuaba la última semana con algunas testimoniales mientras se aguardaban resultados de análisis científicos y otros requerimientos de la fiscalía.

El lunes la Policía allanó el hipódromo de San Francisco y secuestró elementos utilizados para medicar a los animales, jeringas, agujas, frascos de ampollas, potes de complejos vitamínicos, plásticos de suero, además de solicitar videos de cámaras de seguridad.

Sin embargo, la labor judicial se vio algo entorpecida tras el hallazgo de los equinos quemados junto a unas cubiertas dentro de una fosa armada en la zona cercana al predio donde se realizó la competencia, a unos dos kilómetros de las caballerizas.

Este acto dificultó la labor del médico veterinario del Poder Judicial que debía realizar la necropsia con el fin de determinar la causa de la muerte de los dos animales. Por ende, podría haberse perdido prueba determinante para la causa.

Cabe indicar que, tras su fallecimiento, a ambos caballos se les retiró muestras de sangre de manera particular previo a la denuncia del Jockey Club y a que aparezcan carbonizados. Según pudo conocer El Periódico, existe la duda de que las muestras tomadas puedan no corresponder a los equinos fallecidos porque en el momento del análisis no intervino ninguna autoridad.

"Siempre trato de guardarme mi opinión personal y tratar de actuar como abogada. Pero lo del domingo fue lamentable", enfatizó la abogada Gretel Monserrat, presidente de la Fundación Bio Animalis, que será querellante.

"Vamos a defender los derechos de las víctimas que son los animales. Puede llegar a haber maltrato animal si se determina que los caballos recibieron sustancias prohibidas", explicó.

La mirada de Proyecto Galgo Argentina

“Lo que hay detrás de las carreras de perros es lo mismo que hay detrás de las de caballos, lo único que cambia es el animal y las dosis de las drogas”, aseguró Inés, integrante de Proyecto Galgo Argentina, a El Periódico. La entidad tiene el objetivo de rescatar y asistir a perros de esa raza. Después de mucho tiempo, lograron una ley penal nacional para prohibir este tipo de competencias.

Para la mujer deben prohibirse también las carreras de caballos, no solo las cuadreras sino también las oficiales: “Es la única forma de terminar con esto. En el hipódromo de La Plata o Palermo se hacen controles antidoping, siete u ocho días antes, por ejemplo. Y hubo muchos doping positivos de cocaína en hipódromos que tienen todo el foco de atención”, dijo.

Proyecto Galgo Argentina irá en el mediano plazo con el mismo objetivo que tuvo en su oportunidad con los perros, aunque saben que será difícil lograrlo. De todos modos, celebran el cambio en el punto de vista de la sociedad: “Hay un cambio de paradigma y es fundamental para lograr cambios, se necesita tener una masa crítica de la sociedad”, dijo.