Luego de que el Ministerio de Salud de Córdoba informara días atrás la aparición de diez nuevos casos de leishmaniasis canina, una enfermedad que es causada por un parásito y que afecta tanto a animales como a humanos, un profesional explicó en qué consiste la misma.

El médico veterinario Ezequiel Giordano dialogó en La Mañana de El Periódico por FM 97.1 y se refirió a este padecimiento, que ya detectó nueve casos en Córdoba capital y uno en Parque Síquiman. Así, indicó que si bien la enfermedad afecta a los perros, es una zoonosis, es decir, una enfermedad factible de transmitirse a las personas a través de la picadura de un insecto muy pequeño: el flebótomo.

"Si bien en las personas el pronóstico es un poquito mejor que en los animales, y por sobre todas las cosas los perros, que sería la especie más susceptible a padecerla, la característica de la enfermedad hace que tengamos que prestarle particular atención", expresó.

En esa línea, informó que en los perros la cura es imposible, sino que el tratamiento, que se lleva adelante mediante el empleo de ciertos medicamentos, permite que el animal pase la fase clínica lo mejor posible: "Pero así y todo ese animal va a quedar con su enfermedad por el resto de su vida. Y no sólo eso, sino que va a actuar como reservorio".

Una enfermedad endémica

Giordano sostuvo que este tipo de enfermedades, por su comportamiento, tienden a hacerse endémicas: "Cuando llegan a determinada población, por la dificultad que presenta controlarla, tienden a quedarse. Por eso toda esta alerta en Córdoba capital, que es donde se dieron los casos. Ya se está trabajando en el foco, hay una alerta a través de los organismos de control. Se está trabajando en eso. Porque una vez que la enfermedad llega, si no se toman las medidas adecuadas, tiende a hacerse endémica, tiende a quedarse y uno tiene que aprender a convivir con esto".

En Argentina, indicó, la enfermedad es endémica en el norte y noreste, en zonas limítrofes con Paraguay y Brasil. En esos lugares, dijo, es una enfermedad que hace más de 50 años que es endémica. Esas regiones registran más de 3.500 casos de leishmaniasis visceral en personas por año, mientras que en Argentina apenas se llega a tener unas 200 personas infectadas en el año, aseguró.

"La idea es tratar, en la medida de que la enfermedad aparezca, de hacer foco enseguida, de que se disparen los mecanismos de control, para poder erradicarla antes de que sea demasiado tarde y ya se establezca como endémica la enfermedad", afirmó.

Transmisión y prevención

Entre los perros, indicó el veterinario, hay una vía de contagio directa que es la vía sexual o la transferencia desde placenta y desde la leche hacia los cachorros. Pero la enfermedad se transmite a las personas a través de la picadura del flebótomo.

"De perros a personas, la mayor tasa de contagio se da justamente por este vector, que es el flebótomo, que pica al animal y después nos pica a nosotros. Tienen prácticamente los mismos hábitos que los mosquitos comunes, con un aumento de la actividad para alimentarse a la tardecita y a la mañana temprano, tiene mucho que ver la época del año, las temperaturas, porque justamente la leishmania, que es el agente que produce la enfermedad, necesita de este vector para contagiarnos. Entonces la transmisión siempre va a estar relacionada con la mayor frecuencia de este insecto", explicó.

Por ello, el profesional reflejó que la forma de prevenir es controlando al vector: es decir, evitando que se reproduzca.

"Sobre las mascotas podemos utilizar insecticidas preventivos, como collar, sprays o pipetas que funcionen como repelentes", dijo.

Seguidamente, informó que hay vacunas para animales para la leishmaniasis, pero que las mismas no previenen la infección, sino que generan un nivel de inmunidad capaz de evitar que el cuadro se vuelva grave.

"Así y todo no dejan de ser animales que si se infectan, quedan infectados de por vida", agregó.

En materia de síntomas, los mismos son similares entre animales y humanos. En los caninos, dijo, la sintomatología es "bastante inespecífica": "Empiezan con pérdida de peso sin manifestar otro tipo de dolencia. Es un animal que parece estar sano, que se alimenta bien, que juega, pero empieza a perder peso, empieza con pérdidas de pelo digamos en distintas regiones, sobre todo en la cara. En esas lesiones alopécicas pueden empezar a generarse úlceras, o hasta nodulaciones en la piel".

"La enfermedad siempre tiende a avanzar, ya conforme el organismo se reproduce, empieza a haber un agrandamiento de los ganglios, puede haber una invasión de la médula ósea, puede haber una invasión del riñón, de baso y de hígado, en ese caso estaríamos hablando de una leismaniasis visceral, que es el cuadro más grave, en dónde estaríamos afectando ya órganos de compromiso vital, como riñones e hígado. Por lo general, lo que termina sucediendo es que se produce insuficiencia renal o insuficiencia hepática, como por ahí daños bastante importantes y pronósticos bastante reservados", se explayó.

Consultado acerca de si existen registros de esta enfermedad en San Francisco, lo descartó: "Desde que trabajo no, y estuve charlando con colegas y por lo pronto nada".