En el marco de la segunda reunión del 2015 de la Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria (CONABIA), el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, que conduce Carlos Casamiquela, anunció que, por primera vez en la historia, se aprobó un cultivo biotecnológico nacional.

Durante la primera sesión, que se realizó hoy en Centro de Biotecnología Agrícola y Forestal, inaugurado el año pasado por la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner en Resistencia, Chaco, la CONABIA dio su aprobación científico-técnica a dos trabajos del CONICET: en primera instancia a una papa resistente a virus, como así también a una soja resistente a sequía, la cual fue obtenida por la empresa público-privada INDEAR de Rosario.

De esta forma se presentaron los primeros cultivos genéticamente modificados que se obtuvieron en Argentina en los últimos veinte años, lo cual se logró gracias a la renovación técnico-política del MAGyP. Hasta hoy solo Brasil, Cuba, Indonesia, China y EEUU poseen cultivos biotecnológicos nacionales.

El secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Gabriel Delgado, aseguró: "Hemos trabajado mucho para que esto suceda. Es un orgullo para nosotros meter a nuestro país en el selecto grupo de países que cuentan con eventos biotecnologícos propios", y agregó: "creemos que este es el camino para seguir avanzando, el de la tecnología aplicada a la alimentación".

Estos cultivos representan innovaciones radicales respecto de lo que hoy existe, puesto que introducen por primera vez una papa mejorada por biotecnología moderna y con la característica de resistencia a virosis, al tiempo que se avanzó sobre la resistencia a sequía en soja.

En los últimos años Argentina ingresó al selecto conjunto de países que tienen su propio satélite, y a los que han desarrollado su propia central nuclear, este tercer hito corona los logros nacionales en materia científico técnica, que hace que el país exhiba autonomía y liderazgo en las principales tecnologías (física nuclear, electrónica, aeroespacial y biotecnología) y aplicaciones productivas (generación de energía, comunicaciones, agroindustria).