Los talleres de bonsái de Plácido Lutri son un furor. Es que tiene varios puntos a su favor. A sus 84 años decide brindar capacitaciones gratuitos sobre un arte de técnicas de árboles plantados en macetas (La traducción original del término) y como si fuera poco retoma una de sus pasiones y dedicación de toda la vida, la docencia.

“La simbiosis que se produce con la planta es algo que no se puede parar. Si bien nosotros tenemos cinco sentidos, la planta tiene 20. Entiende todo y manifiesta a través de sus hojas y sus ramas, pero no habla”, describe el hombre de barrio Independencia sobre este arte milenario que inició en China pero que difundió mucho más Japón.

En este sentido, el hombre que fue durante toda su vida docente, desde nivel primario hasta dirección de escuelas en la provincia de Córdoba, mencionó: “Me siento muy bien haciendo esto porque además de enseñar también recibo la satisfacción del que viene al taller y aprende”.

Lutri contó que la idea de aprender esta técnica comenzó cuando llegó el momento de jubilarse. “Algo tenía que hacer y en ese momento estaba viviendo en un departamento en Córdoba. Quería volver a la naturaleza de mi infancia, por eso decidió aprender este arte”, dijo. A lo cual añadió: “El bonsái significa naturaleza. En el campo está la naturaleza pura, pero estos árboles podemos tenerlo en la casa, incluso en un balcón”.

Plácido, el rey del bonsái que logró reunir sus dos pasiones

El histórico docente destaca que ingresar al mundo del bonsái significa un “bálsamo”, teniendo en cuenta que pasamos la mayor parte del día inmersos en las tecnologías.

El taller es un éxito

La idea principal para esta temporada era poder conformar un curso para unas diez personas. Pero tras una publicación de El Periódico, ya son más los anotados.

Es por eso que decidió realizar varios cursos a la semana para tratar de no dejar nadie afuera.

El proyecto de enseñar esta disciplina surgió a partir de que sus vecinos de barrio Independencia veían sus pequeños gigantes árboles y le pedían que les enseñe. “Venía uno y le enseñaba, venía otro y también le ensañaba. Hasta que decidí empezar a explicarle a todos juntos para que no sea por separado”, cuenta con total entereza el vecino de 84 años.

Sus dos pasiones

Plácido Lutri nació en un campo de Recreo, provincia de Santa Fe. Luego estudió en Esperanza docencia y empezó a recorrer el país.  “Empecé siendo maestro de grado, director, inspector y luego me llamaron de Córdoba como director general de toda la provincia”, recordó.

Hoy por hoy con estos cursos logra poner en juego sus dos pasiones. El arte de bonsái y la posibilidad de seguir haciendo docencia. Y todo lo hace gratis.

“A mí la docencia me apasiona. Y con las plantas aprovecho a emplear la didáctica, la pedagogía, la filosofía. Los alumnos no se dan cuenta pero yo utilizo todo en las clases”, sostuvo.