Diego Requena y Rosana habitaban desde hacía más de 10 años diferentes espacios de uno de los galpones del Ferrocarril Mitre, en cercanías a la cancha del club River Plate. Pero ante el temporal del 14 de diciembre toda la estructura se derrumbó: se salvaron de milagro pero perdieron todas sus pertenencias.

Ninguno de los dos quiere abandonar el lugar que habitaron durante una década y solo piden una ayuda para reconstruir sus lugares. Diego recibió la colaboración de vecinos del barrio, que se organizaron para conseguirle varias bolsas de cemento, ladrillos y algo de dinero para iniciar su obra y ayudar a Rosana. Sin embargo, ambos deben trabajar diariamente para poder comer y solicitan a la Municipalidad algunos materiales para terminar sus construcciones antes de que delincuentes les roben lo poco que tienen. 

Mientras tanto los dos se refugian en una improvisada carpa en el mismo predio y han sufrido la temperatura extrema del pasado miércoles –más de 50 grados de sensación térmica- y las últimas lluvias del jueves.

“Con la mínima ayuda del municipio podríamos salir adelante, pero se mostraron muy descorazonados con nosotros. Nos las estamos arreglando en una carpa que hicimos y nos turnamos para ver quién se queda, porque las pocas cosas que nos quedaron nos la quieren robar”, contó Diego.

Con sus propias manos

Diego es albañil y piensa levantar con sus propias manos su techo al igual que ayudar a Rosana, su vecina. “La idea es levantar esto con mis propias manos, me gustaría que el municipio nos ayude con algunos ladrillos para hacernos cada uno su pieza, pero no nos atienden. Algunos funcionarios directamente nos dijeron que nos busquemos otro lugar donde vivir, pero hace 10 años que estoy acá. Prefiero quedarme a la intemperie acá y rebuscármelas para levantar lo mío”, insistió el hombre.

Perdieron todo en el temporal y duermen en una carpa a la intemperie
La improvisada carpa de Diego y Rosana. 

Cada uno tiene su trabajo, pero debieron hablar con sus jefes y acomodar sus horarios para que siempre uno de los dos se pueda quedarse cuidando el terreno y los materiales, tanto los recuperados de los destrozos como los donados por vecinos.

“No es lindo vivir así, a la mayoría de los que perdieron los techos la Municipalidad ya les dio chapas nuevas y perfiles, pero a nosotros no nos quieren facilitar nada. Estamos a la intemperie, sin nada y soportando estos calores terribles, es inhumano. Pero es la que nos toca y la vamos a seguir peleando”, expresó Diego.

El día del temporal

Aquella madrugada del 14 de diciembre Diego se encontraba en su cama cuando comenzó a sentir los primeros fuertes vientos, corrió a advertirle a su vecina lo que sucedía y esa fue su salvación.

“Estaba acostado en la pieza-recordó-, de repente empezó a vibrar el galpón, a hacer ruidos como de pequeñas explosiones, me cruzo de mi vecina para ver si había asegurado los portones y cuando le estaba preguntando eso a ella escuchamos que todo el galpón se desplomó”.

Un parante cayó en el medio del colchón de Diego, que fácilmente lo hubiera aplastado si no se levantaba.

“Quedó todo bajo los escombros, la heladera, los muebles, sino me levantaba quedaba apretado entre vigas y chapas. Y nunca apreció nadie esa noche, nadie a socorrernos, estuvimos a la intemperie y cuidándonos de que los malandras no nos roben”, dijo.

Para ayudar a Diego y Rosana con materiales, aberturas o dinero, se puede llamar al teléfono (03564) 15503165.