Decorar fachadas para la época navideña es una de las pasiones de Pedro Andreatta (45), un vecino de San Francisco que aprovecha sus conocimientos en electricidad para ornamentar con luces su propia vivienda y la de quien se lo pida. Si bien el profesionalismo llegó después, su pasión surgió desde "que tiene consciencia", aseguró.

Este año sus trabajos pueden verse frente a su vivienda, ubicada sobre España al 800, como así también en el ingreso al barrio Ayres del Golf. También en alguno que otro comercio. 

"Lo de Ayres del Golf fue por encargo. Me habían preguntado si les quería decorar el ingreso, así que accedí. En eso utilicé unas figuras de alambres a las que les coloqué mangueras luminosas, tanto en LED como en incandescente. También tiene lámparas LED de 5v. Y después con el cable TPR (cable de aislación de 300 o 500v normalizado), con el portalámparas conectado a la red de iluminación. Me dieron la posibilidad, le agradezco a Marisa y a la gente que vive ahí", explicó Andreatta.

Pedro, un apasionado de las luces con espíritu navideño

En ese sentido, y aprovechando que la temática era libre, el hombre decoró el ingreso al barrio con un árbol navideño que posee una secuencia electrónica y una base fija en donde está el trineo, con unos renos, y unos regalos. Todo iluminado.

En tanto, frente a su vivienda, utilizó lámparas E27, también de LED o diodos emisores de luz, de bajo consumo: "Tiene una secuencia electrónica, que eso ya viene prefijado, lo único que hacés es instalar y ya está".

Andreatta contó que sus trabajos trascienden fronteras ya que, hace varios años, le presta algunas figuras a una familia de Colonia Aldao. "Es una familia muy numerosa, viven en una estancia, son como 30 personas, y a ellos les presté otro trineo con otras secuencias, con cinco renos, el trineo, árboles y unas estrellas. Me gusta que vivan en el campo y que tengan esas ganas de celebrar la Navidad", reveló.

Cómo es el trabajo

El trabajo insume mucho tiempo, según indicó el entrevistado: "Primero tenés que partir de que necesitás energía eléctrica, una toma de 220v. De ahí arrancar. El lugar en donde está te va dando la idea de qué línea va a ser la primera en propiciar esa alegoría navideña".

El hombre, que supo decorar varias veces el ingreso a la firma ZF, ubicada sobre Avenida de la Universidad, ejemplificó: "En Sach me llevaba una semana, este año no lo hice. Ya tengo las figuras prehechas, pero lleva tiempo. Decorar el frente de mi casa me lleva unas nueve o diez horas. Ayres del Golf, en tanto, al tener que llevar todas las piezas, son tres días de ocho horas. También hay que considerar ocho horas para desarmar, sacar todo y desechar todo lo que no funciona".

Pedro, un apasionado de las luces con espíritu navideño

Pasión por las luces

Técnico electrónico de profesión, Andreatta es un apasionado de las luces. "Me fascina la parte eléctrica, todo eso lo hago porque soy profesor de la escuela del trabajo y papá de dos chicos a los que también les gusta la electricidad. Y todo se vende con luces. Es como la política que tiene Las Vegas, si bien no he ido, me han comentado que las luces están encendidas las 24 horas, y eso vende. Un destello a la gente le gusta, la hace olvidar de sus problemas. Me fascina la iluminación", apuntó.

Andreatta luego agregó: "Esta pasión que me cuadra, que me hace cosquillas a la panza empieza a partir de noviembre. No he parado nunca. También he decorado el Cottolengo, ad honorem, con pasión, con mis luces. Empecé desde que tenía uso de razón, a los 10 años. Siempre hacía cosas. Tengo 45 ahora así que hace como 35 años que esta pasión me mueve. La Navidad es luz, pasión, es adviento, sin tocar la parte religiosa que algunos no les gusta. En ese tiempo yo trato de contagiar y de salpicar un poquito el espíritu navideño. A veces es como si se me tiende a apagar, por cosas externas a mí, pero trato internamente de seguir adelante para contagiar y para salpicar esa Navidad que no es tanto el regalo, sino que es sentarse a una mesa, compartir y ayudar".

El feedback, su motivación

El vecino de barrio Roca sabe que su tarea no es rentable, pero su motivación no es económica. "No es, quizás, rentable, pero trato de seguir haciéndolo. Sí pido una colaboración del que quiera colaborar en algo, a mí me sirve, pero no es rentable", reconoció. 

En ese sentido, las primeras motivaciones para seguir adelante vinieron de una serie de reconocimientos que obtuvo por parte de la Municipalidad de San Francisco, cuando premiaba a las mejores ornamentaciones navideñas.

"El municipio daba un premio que descontaba, a fines de los '90, el impuesto municipal. Me acuerdo que lo había ganado una o dos veces, entonces mi viejo me lo había retribuido a pesos. Pero lo más lindo que hay es que te digan que les gusta lo que hacés. No hay plata que pague sacarle una sonrisa a alguien", dijo.  

Y agregó: "Todo eso me gusta, nos gusta, porque a mis chicos también. Mis nenes me dan un abrazo y me agradecen por iluminar. Esas cosas te motivan para seguir haciéndolo".

"Los lindos comentarios suman y por ahí me llama la atención que en mi misma cuadra, o en la cuadra en donde está esa alegoría que vos hiciste, alguien pone una línea de luces. Entonces vos contagiás ese espíritu navideño, eso me encanta", concluyó.