Camila, una sanfrancisqueña de 18 años que estuvo en el recital que el Indio Solari, habló con El Periódico y contó su experiencia 

"En Olavarría cada vez iba llegando más gente, más y más. Nunca terminaba la fila de personas que iban entrando para llegar al recital. Yo entré temprano por las dudas, porque se sabe que hay mucha gente que va sin entrada. Y una vez ahí empieza la espera", empezó.

La joven opinó que "el recital estuvo impecable, el sonido. Fue algo espectacular. Yo la pasé tan bien que ni me enteré que era tan grave del lío del que se hablaba. Cuando el 'indio' paró el recital yo pensé que algún borracho se había descompuesto, que lo rescataban y listo. Nunca pensé que era todo tan grave. Adentro estábamos apretados y hubo empujones, de gente que quiere ir adelante. Pero por suerte pude disfrutar el recital sin ningún problema". 

Sobre la salida, Camila explicó que "hubo avalanchas de personas, caminabas para donde te iban empujando, nadie sabía dónde era la salida, no había policías ni personal de seguridad indicando. Mucha desorganización, toda la gente muy desesperada e impaciente, gente perdida. Pero yo, por suerte, logré después de dos horas llegar a mi colectivo ya que la empresa nos esperó a todos. Hubo muchos colectivos que se fueron sin importarles que había gente atrapada, no puedo usar otra palabra, en las calles que rodeaban el predio. Había puestos en las veredas pero también en la mitad de la calle".

"Para mí la música no mata, y esto no es culpa del Indio Solari en sí. Lo que dejó mucho que desear fue la conducta de la gente. Me hubiera gustado que todo terminara en paz, tranquilo, y que todos hubieran podido llegar a sus casas bien", cerró.