San Francisco tiene desde hace varios años un serio inconveniente. Como toda ciudad crece demográficamente aunque su extensión es desordenada. Lo que se agravó con el “boom” inmobiliario.

La falta de un código de urbanización adecuado es una de las causas. Sino, no se hubiesen autorizado barrios tan alejados del centro como Savio, Maipú, Las Rosas, El Prado y demás loteos que aparecieron en los últimos años.

Y el “boom” parece no descansar. Según explicaron desde la Secretaría de Infraestructura del municipio, los pedidos de factibilidad para lotear y urbanizar son recurrentes en las franjas periurbanas de la ciudad y ya se observan con buenos ojos los terrenos ubicados dentro de la zona de exclusión para el uso de agroquímicos, creada por ordenanza sobre finales del año 2006. 

“Aún no se llegó a esta área de exclusión de agroquímicos pero sí estamos muy próximos a estos límites”, indicó a EL PERIÓDICO Favio Rivadero, secretario de Infraestructura, quien desde su área propone encontrar una salida productiva para esas parcelas de tierra, que sea una alternativa a la explotación inmobiliaria (Ver recuadro: Para Voz Ciudadana esas tierras ya son productivas).

Dos semanas atrás se realizó en la ciudad un seminario denominado “Bordes Urbanos Rurales”, donde se pretendió discutir, debatir y conocer distintas experiencias y alternativas que permitan avanzar en el uso productivo y sustentable del suelo para la ciudad y los asentamientos urbanos.

Rivadero recordó el debate por la prohibición del uso de agroquímicos en campos aledaños a la zona urbana, el cual se dio durante el gobierno de Hugo Madonna: “Fue muy polémico ese debate. Nosotros ahora más que intentar volver sobre esa discusión lo que queremos es encontrar alternativas para el uso de estas tierras”, dijo.

En total son unas 1.300 hectáreas involucradas en el borde de exclusión de agroquímicos. Un terreno en ese lugar –suelen ser de 40x40 metros- supera los cien mil dólares.

Ordenanza en marcha

La Secretaría de Infraestructura elevó al Departamento Ejecutivo el proyecto de ordenanza que establece un nuevo ordenamiento en materia de clasificación del suelo, que próximamente será discutido en el Concejo Deliberante.

Rivadero informó que la norma pretende establecer límites claros para la extensión de la ciudad y los usos específicos del suelo. Por ejemplo, demarcar los sectores destinados al uso residencial, los de uso industrial y aquellos que de alguna manera estarían protegidos de la explotación rural.

Posibles problemas

Que inversores privados loteen en la zona resguardada por ordenanza sería un problema para el municipio a la hora de pensar en el mantenimiento de las nuevas infraestructuras: “Son más cantidades de caminos que atender, de luminarias que mantener, de metros de redes de agua y cloacas. Estamos hablando de planificar no solo el desarrollo de esta nueva infraestructura con capacidad para dar servicios sino además la posibilidad de mantenimiento a futuro”, remarcó el funcionario.