La búsqueda de Lía Montel de la Roche está centrada en la obtención de respuestas, ella es una mujer que fue adoptada siendo una bebé, pero no conoce si fue en ese hospital donde la tomó una enfermera o cómo llegó ahí.

Vive desde hace más de 10 años en San Francisco. Quiere saber quién fue su madre, quién era su padre, a quién se parece. Sus inquietudes son también interrogantes que quizás muchas otras personas se hicieron si han sido adoptadas y no tienen muchos detalles sobre el origen, pero en este caso también enreda una suerte de misterios

Transitar este camino le ha costado a su familia y también a ella misma, pero no puede evitar esa necesidad que surge desde el interior. La experiencia ha sido volcada en el libro “Mientras me encuentro”, donde relata la historia, sus preguntas y al mismo tiempo cómo fue sanando los silencios e incógnitas alrededor de su adopción.

Lía nació en Eldorado, provincia de Misiones, y esa es una de las pocas certezas que tiene sobre el momento en que vino al mundo, pero después cuando conoció cómo llegó a los brazos de su mamá (con la que confiesa son unidas y tienen una buena relación) hay un mar de dudas, contradicciones y oscuridad.

La búsqueda de Lía es la materialización del derecho al origen y a tener la satisfacción de decir cómo llegó a este mundo. Su sentimiento quizás no sea el que tengan todas las personas que han sido adoptadas y tuvieron una familia, pero es su necesidad, una que se despertó en su interior siendo muy niña.

“Siempre digo que no soy de acá ni de allá. Nací en Eldorado Misiones, me llevaron de bebita a Arroyito y hace 13 años estoy en San Francisco”, dijo a El Periódico.

Fue criada por su mamá sola y está inscripta como que nació en 1983, su familia se completa con otra hermana también adoptada llamada Iris, con la que se adoran.

Preguntas

La única mamá que conoció es la adoptiva, recuerda que siempre la cuidó y envió a múltiples actividades como canto, coro, piano y por supuesto un taller literario. Todo lo que recuerda es que siempre le gustó escribir y las nuevas tecnologías le permitieron avanzar en este camino publicando novelas juveniles en la web.

Con el tiempo empezaron a surgir los cuestionamientos acerca de su origen biológico y al no encontrar las respuestas necesarias fue dejando de lado las actividades que le gustaban. Emprendió viaje a San Francisco, donde formó su familia y se refugió en la fe como modo de vehiculizar esa carga.

Cuando llegué a San Francisco venía asqueada de la vida, me dediqué a ser mamá y dejé de cantar y de escribir y ahora retomé, me gustan mucho las novelas juveniles que publico en Wattpad. Con lo que me pasó a mí la psicóloga me sugirió escribir y entonces decidí hacer el libro porque era una materia pendiente”, explicó.

El libro se presentará el 28 de junio en el Centro Cultural a las 20.30.
El libro se presentará el 28 de junio en el Centro Cultural a las 20.30.

Búsqueda

El libro “Mientras me encuentro” se presentará el 28 de junio a las 20:30 en el Centro Cultural y relata todos los sinsabores que ha tenido en su búsqueda biológica, las razones por las que quiere saberlo, qué significado tiene para ella y de qué manera primero tuvo que sanar espiritualmente para no culpar a nadie por lo mal hecho.

Soy hija adoptiva y siempre lo supe, siendo pequeña era una mochila, para mí era difícil explicar lo que sentía, me daba vergüenza ser adoptada. Yo creía que mi hermana (Iris) también adoptiva lo tenía mejor asumido que yo, pero ella en vez de ocultarse lo decía ni bien se presentaba con cualquier persona”, relató.

Esa realidad de la adopción nunca les fue negada a ninguna de las hermanas, pero Lía sentía que no era cómo le contaban la forma en que se dio el proceso en su caso en particular.

A mi mamá se le complicaba adoptar porque era divorciada y entonces en Córdoba no podía, un amigo de mi abuelo que era médico y hacía su residencia de especialidad en el hospital Samic de Misiones le dijo que se anote allá”, dijo. El resultado fue positivo y la mujer se convirtió en madre.

Baches

El proceso de cómo llegó a su mamá es cuanto menos confuso, le han contado varias historias contradictorias entre sí, aunque con algunos personajes siempre conectados. Una enfermera, una casa donde estuvo y una mamá que la vino a buscar desde Córdoba, pero el resto sobre si nació en ese hospital, si vino de otro, si la sustrajeron o no es un misterio.

“Me dijeron que el médico le pidió a una enfermera que encontrara una bebé para su madre. Ni bien nació se la dieron y estuvo 15 días en casa de los padres de esa enfermera donde después la buscó su madre adoptiva”.  

Cuando creció Lía empezó a preguntar la causa por la que seguían viendo a esa enfermera y afirmó que “todos los años iban a Eldorado de vacaciones a su casa, pero de un momento a otro dejaron de hacerlo”.  

“Todo eso me pareció raro y con 15 años tuve una primera intención de buscar. Sabía el nombre y apellido de la enfermera y el juez que intervino en el proceso de adopción. La enfermera me dio un nombre, la dirección, dijo que tenía hijos, estaba casada y era cristiana”, señaló.

Punto muerto

Los datos que le dieron bien podrían haber servido para encontrar a su madre biológica, pero el camino no conducía a ningún lugar. Intentó también contactar familiares posibles a través de un “ADN ancestral” y tampoco funcionó porque un pariente de sus padres vive, pero no está lúcido y otro fue entregado en adopción.

“Era todo muy movilizante y en 2020 decidí que sí tenía que averiguar como fuera. Incluso mi hermana también quiso hacerlo y la encontré a su mamá en un solo día, ellas se conocieron también es de El Dorado y la entregó voluntariamente”, expresó.

Los ojos de Lía se apagan un poco cuando dice qué pasó con ella ya que hasta el expediente de adopción tiene lagunas. “En mi caso hay todos datos borrados, en el acta de guarda hay un nombre y el DNI pero el número pertenece a un hombre de Mendoza”.

“Con el tiempo hablé con la enfermera y le pedí que me cuente cómo fue que me recibió y entregó después. Ella me dijo que estaba trabajando y le avisaron que estaba la bebé que un médico había pedido para una amiga. Con una médica la llevaron a la casa de sus padres y la cuidaron. Le pregunté ‘¿entonces me robaste?’, pero hasta el día de hoy no lo asume”, aseveró.

Justicia

En 2021 halló un abogado donde hicieron un gran avance en esta peregrinación. El primer paso fue hacer un viaje donde buscaron testimonios en el propio hospital Samic y por casualidad del destino hallaron un buen indicio.

“Una mujer jubilada conocida del abogado que tengo lo vio y preguntó qué hacía allí, la señora recordó el caso y habló de la bebé que se robó la enfermera a la cual la habían llevado en una ambulancia y dijo que era para una mujer de Córdoba”, afirmó.

La versión se corroboró con un hermano de la enfermera que la recibió ni bien nació, el hombre tenía unos 20 años en esa época y le dijo a Lía que la habían llevado a su casa efectivamente en una ambulancia.

Sin encontrar respuestas concretas ni de su mamá, ni de la enfermera que la entregó, ni con el expediente judicial hoy está en el camino de llevar adelante un proceso buscando saber la verdad.

Sanar

En todo este tiempo Lía eligió no guardar rencores hacia su mamá adoptiva, la acepta tal cual es solo que evitan hablar de este tema en particular. “No sé si mi mamá tiene la verdad absoluta en todo, pero sí en algunas cosas. Me llevó tiempo pero la perdoné”, contó.

Además adelantó que “en el libro va contando todo este proceso” y lo hace para abrir nuevas puertas ella misma, pero también alentando a otros.

Mi intención es ayudar a sanar, de la existencia de máscaras como sucedía con mi hermana que anteponía su condición de hija adoptada, también sobre resiliencia", dijo. Además, explicó que el perdón no es a beneficio de quien daña sino propio. "Lo que importa es sacarse la mochila de lo que se siente para poder seguir”, cerró.