Bajo el lema: “Compartir es amar, pobreza cero, seguimos apuntando alto“, Cáritas Argentina lanzó a nivel nacional su colecta anual para los días 7 y 8 de junio. Y Las mujeres que aparecen en los afiches son todas de San Francisco.

Con ojos llorosos, Eva María Ferreyra cuenta que hace un año y medio la estaba pasando muy mal: “Estaba con depresión, pasando un mal momento”, le dice a El Periódico la mujer que desde ese tiempo colabora en el Comedor La Virgencita de barrio Parque, quien participa en el proyecto de reciclaje.

En esa oportunidad, su hija, que asistía al comedor, le manifestó que debía presentarse a colaborar, como los demás padres: “Yo trabajaba de noche y por miedo no quería ir por el qué dirán, porque no solo lo juzgan a uno sino también a los hijos”, dice. Sin embargo debió tomar coraje porque su participación era indispensable para que su hija siga asistiendo al comedor: “Empecé y me recibieron bien, me sentí bien. Empecé a ayudar en el comedor y luego entré al proyecto del reciclado donde se anotaron otras mamás. Se trataba de ganar dinero de manera decente y le di para adelante”.

Progreso

Gisela Ferreyra, la nuera de Eva María, también se sumó al proyecto en ese mismo momento y además su hijo de 3 años concurre al comedor. “Es un gran progreso para mí; a nosotros no nos alcanza y con esto es una plata que me sirve para comprarle pañales a mis hijos. Ojalá se sumen más madres y puedan ganar su plata para que no tengan que salir a la calle, a pedir o a robar”, señala.

Las recicladoras juntan de manera diaria cartón, botellas, papeles, que luego venden para generar su entrada de dinero diario.

Según explica Mariví Doffi, del área Proyecto y Animación de Cáritas, el proyecto está en expansión: “La idea es conseguir un lugar cerrado para el acopio, una prensa y una balanza para agilizar el trabajo. Es para tener una mayor amplitud de venta, hoy por hoy es la recolección y la venta diaria”.

Sentirse útiles

A alrededor de la mesa rectangular de la sede parroquial de Cáritas de San Francisco hay más historias. Como la de María Cristina Artaza, quien colabora con la limpieza, la merienda y en las horas de apoyo escolar a los chicos de La Virgencita.

“Me acerqué a Cáritas a través de una cuñada, yo había quedado sin trabajo en ese momento, hace seis años atrás. Fue una bendición venir, me atrajo el amor, la entrega que ellos tienen, y además no discriminan”, recalca.

María Cristina asegura que pertenecer a tal barrio o llevar tal apellido genera una estigmatización. Y ella lo sufrió: “Desde que estoy acá lo tomo de otra forma”.

Soledad Ibarra y Marisol Rivalta también aparecen en los afiches. Ambas participan de los microemprendimientos de barrio La Milka: “Nos acercamos con un grupo de madres primero a los talleres espirituales, luego por la crisis económica que estábamos atravesando quisimos participar de talleres para aprender un oficio y comenzamos con el de costura y tejido a crochet”, cuenta Ibarra, y asegura que la necesidad de trabajo es grande y que sobre todo quienes más lo sufren en el barrio son las mujeres.

A ambas mujeres los talleres les permitieron capacitarse pero sobre todo sentirse útiles: “Nos incentivan día a día a ser mejores personas, a ayudar a los demás, que no solamente nosotros pasamos por esta situación”, manifiesta Rivalta.

El taller de costura necesita de máquinas industriales para que puedan ampliar la confección y poder hacer ropa.

¿Qué dicen las protagonistas del afiche?

María Cristina Artaza

“Nunca pensé en salir en la imagen, me dijeron que lo disfrute y lo estoy haciendo. Dios te recompensa por lo que uno hace”.

Soledad Ibarra

“Me dio nervios salir en el afiche, pero mientras sirva para que se conozca lo que hacemos es muy bueno”.

Marisol Rivalta

“Me gustó salir en el afiche, cuando me lo propusieron me asusté por las repercusiones que iba a tener pero todo fue para bien y me felicitaron”.

Eva María Ferreyra

“Cuando vi la foto mía en el afiche lloré todo el día, es un triunfo personal haber salido de la calle”.

Gisela Ferreyra

“Es muy lindo, es para que mis hijos el día de mañana vean que con esfuerzo se puede”.