Barrio José Hernández quedará asociado para siempre al lugar donde se inauguró la primera canchita de básquet 3x3, una que soñó un niño y gestionó por sí mismo ante su Centro Vecinal. 

El espacio que identifica al barrio tiene además de este playón grande con banderas de Argentina alrededor, un sector de juegos y otro para rezar.

Ese lugar es una plaza "bendita" cuya denominación rinde homenaje a un sacerdote muy recordado de San Francisco que tenía como estandarte dos cosas: un fuerte compromiso social y la simpatía necesaria para ser consejero de todos dentro de la iglesia o en cualquier otro lugar. Juan Jayo Uriarte.

La ordenanza 6481 sancionada por el Concejo Deliberante en 2014 le dio nombre al espacio verde ubicado en calle México, entre Colón y España. Con el tiempo se colocaron los juegos y más tarde apareció la ermita en honor a la Virgen María donde la gente concurre a rezar. Sin embargo, no fue hasta que se viralizó el pedido de Mateo Bianchotti que todos posaron los ojos en este lugar. 

La cancha de basquet que pidió Mateo hizo popular el sector.
La cancha de basquet que pidió Mateo hizo popular el sector.

Quién fue Jayo

Jayo como muchos lo llamaban así a secas fue uno de los presbíteros que estuvo más años al frente de la Parroquia Cristo Rey de San Francisco. Llegó desde España con su impronta vasca y se ganó el cariño de una sociedad que aunque falleció hace casi 18 años aun lo recuerda.

En la actualidad es el padre Mario Ludueña que está en esa parroquia próxima a cumplir 75 años. Él fue quien recordó la figura del sacerdote que fue tan importante que lo hicieron digno del reconocimiento en el espacio público. 

"Es importante valorizar las personalidades del lugar que han hecho tanto bien. Fue un sacerdote sumamente querido, aun hoy, hay infinidades de anécdotas que se conocen de él", dijo Ludueña a El Periódico.

Con una sonrisa citó como ejemplo que durante gran parte del año tenía la melena abundante blanca y era habitual verlo pasear en bici visitando a las personas o como un ciudadano más. "También siempre siempre que podía iba a la cancha de Sportivo Belgrano a ver los partidos y todos lo llamaban cantándole en la cancha", rememoró.

El padre Jayo aun es recordado por su ayuda a fieles y desconocidos.
El padre Jayo aun es recordado por su ayuda a fieles y desconocidos.

Perfil

El padre Mario definió a uno de sus antecesores en la parroquia como una persona sumamente activa que tenía una profunda mirada y prédica social, es por eso que en sus homilías no era rara la referencia a cuestiones de actualidad.

"Se caracterizaba por ser muy tenaz en todo lo que proponía y mantenía un signo de alegría, siempre sonriente, haciendo chistes y eso les llegaba a los jóvenes que en esos momentos circulaban en gran cantidad a la iglesia por otras actividades y también por su carácter", aseguró.

La forma de ejercer el sacerdocio en estas comunidades más pequeñas hace que los párrocos tengan en común las salidas y visitas a los domicilios de los fieles. Jayo, era un avanzado para su época cuando lo hacía y no solo a pedido sino con cualquiera que necesitaba aliviar su corazón.

"Esos consejos los brindaba desde la misa y en la vida cotidiana. Era normal verlo charlar con alguien a quien no conocía, pero le pedía ayuda. Hoy mucha gente agradece porque su guía los ayudó a salvar un matrimonio, mejorar una relación, por ejemplo", expresó Mario.

La plaza "bendita" que recuerda a un sacerdote vasco e hincha de Sportivo Belgrano

Aventurero

El padre Jayo nació en las provincias vascas de España, en un pueblo llamado Durango, en la provincia de Vizcaya y entre medio de San Sebastián y Bilbao. Su natalicio fue un 27 de enero de 1930 y murió el 21 de marzo de 2005, hace casi 18 años.

"Él viene a Argentina cuando se hicieron ofrecimientos para hacer sacerdocio acá donde dio varias vueltas. Entra en la Diócesis por la localidad de Alicia y termina su vida en Cristo Rey, lo eligió y el obispo Monseñor Herrera también lo destinó aquí", detalló Ludueña.

La plaza "bendita" que recuerda a un sacerdote vasco e hincha de Sportivo Belgrano

Se pueden decir varias cosas de él, pero el sacerdote dijo que lo definieron dos rasgos. La mirada social, sobre la justicia, la defensa de los más humildes y el "sentido de pastoreo" de ir a buscar a su rebaño y mantenerlo cerca. 

Acerca de Jayo se puede decir otra particularidad post mortem. Sus restos descansan en el frente de la parroquia, en la placa tiene una frase de San Pablo y, narró Ludueña, muy temprano siempre va gente a rezar allí, agradecen particularmente por algo que hizo o que le piden. "Es como dice el papa Francisco un papa con olor a oveja", cerró. 

Quedó inaugurada la cancha de básquet en barrio Hernández, la primera de tres