Los casos de grooming no desaparecen, en realidad siguen en ascenso aunque las denuncias sobre estas situaciones no se materializan. Esa es la conclusión del profesor Gonzalo Castillo que trabaja en la concientización sobre esta problemática dentro de las aulas.

El grooming es el acoso sexual a niños, niñas y adolescentes a través de medios digitales, consistente en acciones desplegadas generalmente por personas adultas, de cara a establecer contacto con fines sexuales.

La exposición de menores en el mundo digital los deja muchas veces en situaciones vulnerables frente a ciberacosadores, sin embargo, Castillo advirtió que subyace otra problemática y es la de no denunciar.

“Hoy nos encontramos con el inconveniente de que la gente no quiere denunciar no solo en los jóvenes sino también entre mayores en situaciones con sus ex parejas. Hay un gran trabajo en el Polo de la Mujer, pero todavía no hay iniciativa de ir a denunciar”, explicó en declaraciones a La Mañana de El Periódico.

Las consecuencias de esto pueden ser muy graves primero para la víctima que atraviesa en soledad este proceso y también para el atacante que tendrá más posibilidades de actuar impunemente. “Nadie nace siendo violador o asesino, hay una construcción alrededor y mientras más se demoran las personas en denunciar se le deja más campo para que terminen en situaciones aún peores”, subrayó el docente.

Mitos

Castillo insistió en que “hay muchas herramientas para salir de estos círculos de abuso y violencia cuando son mayores de edad” y en esto influyen mucho los mitos.

En este aspecto detalló que muchas veces se cree que el trauma posterior ante una situación de acoso es algo que puede dejarse atrás y que solo le pasó a uno mismo. También influye la familiaridad “porque se repiten patrones de crianza”.

Por otro lado, la dependencia emocional y económica se transparentan en estos casos y en reiteradas ocasiones existe lo que llamó “apego contradictorio hacia el agresor porque se lo sigue asistiendo y visitando por miedo o porque se vive amenazado”.

Asimismo, dijo que la vergüenza, culpa o baja autoestima y la desconfianza hacia la justicia terminan siendo factores que impiden visibilizar la existencia de casos de abuso, grooming o violencia.