A mitad de 2011, una variedad de la bacteria E.Coli apareció en Alemania provocando al menos 50 muertos. Ese episodio, del que primero se acusó a pepinos españoles y luego a unos brotes de Egipto, se ha convertido en una amenaza para las exportaciones de carne vacuna argentina a Europa, un negocio de US$ 600 millones anuales. Y es que la comunidad rechazó desde junio pasado 9 embarques con el argumento de que algunos bifes pampeanos también estaban infestados. Aquí todos desmienten que las bacterias halladas sean peligrosas, pero temen que se trate del principio de una escalada.El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) había suspendido a uno de los frigoríficos exportadores de mayor fuste, Arre Beef, luego de que en un restaurante de Hamburgo las autoridades alemanas detectaran un bife de esa marca con rastros de la E.Coli. El incidente hubiese quedado en una anécdota de no ser porque entre junio y setiembre la Unión Europea rechazó 9 contenedores de la compañía.Tras esos hallazgos, toda la industria frigorífica exportadora es un manojo de nervios. Varias fuentes del sector reconocieron que si los mismos controles se realizaran al resto de los establecimientos, la bacteria Escherichia Coli podría ser encontrada en 30 o 40% de los cargamentos, provocando una hecatombe.  Aunque de inmediato aclaran que las cepas locales son inofensivas , ya que la Argentina se somete a todos los protocolos acordados con la UE.La E. Coli se encuentra generalmente en los intestinos animales, y contagia los alimentos por algún contacto con las heces. Pero hay decenas de variantes, la mayoría inofensivas. El problema es que una de esas variedades, la Escherichia coli O157:H7, puede llegar a provocar enfermedades graves como el síndrome urémico hemolítico. Es la que atacó el año pasado en Alemania. ¿Y cuál sería el problema con la carne argentina, si las cepas que actúan aquí son de variedades supuestamente inofensivas? Pues que el Gobiernogermano ha comenzado a aplicar un análisis genético que permitiría detectar ese tipo de bacterias, aunque sin dar certeza de que se trate de las cepas tóxicas y sin acordar el uso de esa tecnología con Argentina.El Senasa, días atrás, envió una misión a negociar que volvió con las manos vacías. Tras esa gestión ese tipo de controles a las cargas de Arre Beef se extendieron al resto de los puertos de ingreso a Europa y no solo a Hamburgo, donde se halló el primer bife supuestamente contaminado. Por eso la industria teme una escalada.