El respaldo de la gobernante de la mayor economía de Europa podría ser crucial para la viabilidad de la idea de crear una autoridad que supervise y en última instancia garantice la estabilidad de los bancos, que fue propuesta la semana pasada por la Comisión Europea (CE), el órgano ejecutivo de la UE.

Los países más ricos del bloque, sobre todo Alemania, se habían mostrado fríos ante esta iniciativa, por temor a que los lleve a tener que rescatar a los bancos de otros países.

Antes de ingresar a una reunión privada con el presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso, Merkel dijo que ambos iban a hablar “sobre hasta qué punto hay que poner, sistemáticamente, a bancos bajo una supervisión europea específica”.

Y aunque expresó su disposición a considerar la idea, también subrayó que una unión bancaria no puede concebirse como una medida de aplicación y efectos inmediatos, sino más bien como meta a largo plazo.