En los boliches y discos de San Francisco, la Ley Antitabaco pareciera que no entró en vigencia, porque muchos de los jóvenes que allí concurren no tienen inconvenientes en fumar en el interior de esos locales pese a que está prohibido y cada fin de semana la Policía Municipal se cansa de labrar actas de infracciones por esta razón.

Lo mismo pasa en algunos bares. El Periódico fue testigo de una situación en el interior de un bar pegado a una estación de servicio, y no fue el único caso comprobado. Dos jóvenes que piden una cerveza le solicitan además a la moza un cenicero. La chica se lo trae y los muchachos desenfundan una “Philips” de 20 y se ponen a fumar. A metros, sobre la pared, yace un cartel que indica “Prohibido fumar”.

En San Francisco existe desde el 2006 una ordenanza, la 5.519. Esta adhiere a la Ley provincial 9.113, conocida popularmente como “ley antitabaco” que prohíbe que se fume en ámbitos cerrados y públicos. Si no se cumple, el primer responsable es el propietario del local, quien debe hacerse cargo de la multa. Pese a esto, en boliches, pubs y bares se fuma, y mucho.

Cada fin de semana, según datos aportados por el Tribunal de Faltas municipal, se labran entre 20 y 30 infracciones por el incumplimiento a esta ley. Y los que pagan son los propietarios de los negocios.

"A mí particularmente el humo me hace mal, y me da bronca porque en los boliches nadie respeta nada. Solo algunos salen a fumar al patio, pero no está abierto todo el año. Y entonces terminás tragando el humo vos también, como si fumaras", cuenta Jesi, una joven sanfrancisqueña de 24 años, que corrobora que no hay un solo boliche de la ciudad donde no se fume.

Difícil

El texto del artículo 12 de la ordenanza le otorga facultades de “ordenar  a quien no observara la prohibición de fumar, el cese de tal conducta y en caso de persistencia en esa actitud, el retiro del incumplidor del lugar”. Pero los propietarios de los locales manifiestan que es “muy difícil” controlar que la gente no fume dentro del lugar, sobre todo si hay mucha gente dentro como puede pasar en un pub o boliche.

En los restoranes y comedores el control es más efectivo porque la conducta de quienes asisten a estos locales es más respetuosa, no solo hacia la norma sino sobre todo hacia quienes no tienen el hábito de fumar.

Inconducta 

El respeto de la ordenanza fue creciendo paulatinamente desde 2006, sin embargo, en los últimos años esta conducta se hizo humo en boliches y algunos bares. No así en restaurantes y otros lugares cerrados.
 

Infractores

Cuando los inspectores labran el acta, los infractores no quieren dar sus datos, entonces llega al Tribunal de Faltas un acta que dice persona fumando en el interior del local y la sanción recae sobre su propietario o representante legal.