Las lágrimas de una vecina de barrio La Milka ante el director de Desarrollo Social, Mauricio Vaschetto, lo dicen todo. Los más de cien milímetros de lluvia caídos el jueves han causado estragos en algunos sectores de la ciudad y la gente más humilde lo sufre.

Viernes por la mañana. Mientras que para muchos en la ciudad parece un día más después de una tormenta, para algunos vecinos de barrio La Milka, Parque y La Florida no lo es. Muchos han pasado la noche tratando de sacar el agua del interior de sus viviendas. La mayoría lo ha logrado, otros todavía no.

En el pasaje Leston de barrio La Milka, hay movimientos desde muy temprano. Las puertas y las ventanas de las viviendas permanecen abiertas, los vecinos van y vienen con trapos de piso y baldes, acomodando y moviendo muebles de lugar.

Luis es un vecino nacido en barrio La Milka y recién a las 22 del jueves pudo terminar de sacar el agua del interior de su casa. “A esa hora vi que había bajado afuera, así que abrí todo y empecé a sacar”, comenta. “Teníamos unos diez centímetros de agua como mínimo en el comedor, mi pieza y el baño”, dice.

Si bien la ayuda municipal llegó, con bolsas de arena para evitar el avance del agua, para los vecinos “fue tarde”.

Pero Luis ya está, como suele decirse, acostumbrado a este tipo de situaciones. Ya es la octava vez que sufre una inundación dentro de su casa. Y sólo pide que algún funcionario se acerque para poder explicar los padecimientos de ese sector.

Un pedido entre llantos

Mientras este medio recorre el barrio La Milka, el director de Desarrollo Social, Mauricio Vaschetto, junto a una asistente social, llega al pasaje Leston para ponerse a disposición de los vecinos.

Allí el funcionario se encuentra con la dura situación de Nelly, una mujer que vive sola junto a sus tres hijos y que en esos momentos todavía tenía unos cincos centímetros de agua en su vivienda. “Tengo tres chicos y estoy sola, no puedo con todo esto”, suplica entre llantos Nelly a un Vaschetto que intenta consolarla.

La mujer le pide al funcionario una ayuda con materiales para levantar el piso de una habitación por donde se filtra mayormente el agua. “Esto hace rato que me lo prometieron, le he mandado cartas al intendente y jamás recibí ninguna respuesta”, explica.

Por esto, el funcionario promete que el lunes o martes enviarán un camión para desagotar la vivienda y que un arquitecto de Obras y Servicios Públicos se presentaría para analizar la situación de las habitaciones y buscar soluciones.

Por suerte el agua no fue tan cruel con Nelly y le dejó al menos una habitación donde resguardarse junto a sus hijos.

“Hubo casos en los que se evacuó”

Lo afirmó Mauricio Vaschetto a EL PERIÓDICO. “En barrio Parque se trasladó a dos nenitos que tenían problemas respiratorios, pero el resto de la familia no quiso evacuarse porque era mínimo lo que todavía tenían de agua”.

Durante la mañana del viernes el funcionario estuvo recorriendo los sectores más afectados por el temporal, como los barrios La Milka, Parque y La Florida.

“Estamos viendo que el agua ha escurrido casi completamente” –sostuvo-. “Mientras tanto vamos por los barrios porque hay personas que nos lo solicitan través del 103, y estamos viendo en qué podemos ayudarlas”, agregó.

Vaschetto informó que recibieron pedidos de casos puntuales de vecinos que necesitan una ayuda de materiales para levantar los pisos que están por debajo del nivel de la  calle u otros terrenos lindantes. Por esto, el funcionario se comprometió a analizar las distintas situaciones con los arquitectos del área de Obras Públicas del municipio.

“Desde el jueves a la tarde estuvimos recorriendo la ciudad en conjunto con personal de la Secretaría de Servicios Públicos. Ellos trataban de contener el ingreso del agua en algunas viviendas a través de bolsas con arena. Por nuestra parte estuvimos distribuyendo frazadas y colchones para que la gente pueda dormir seca”, aseguró.

El temporal que afectó a toda la ciudad

La abundante agua caída durante todo el jueves, sumado a los eternos fallos en los desagües, restringió el tránsito en muchos sectores de la ciudad y obligó a los colegios a no dictar clases, entre otras complicaciones. El agua ingresó a muchas viviendas, cuyos propietarios tuvieron que ingeniárselas para no sufrir daños en sus propiedades, y no en todos los casos fue posible. A su vez, para muchos comerciantes fue un día de escasa o nula actividad, ya que directamente no pudieron abrir sus puertas y en muchos casos decidieron darles el día libre a sus empleados.