“Si pedís un remís y le decís llévame al comedor de Priotti te trae acá”, dice David Flaherty, quien hace cuatro años junto a su mujer están a cargo de Luthina, el comedor que supo ser por varios años de Priotti.

Según el propietario en el lugar se sigue con la misma tradición: los fiambres con la mayonesa casera, el salame y las verduras en escabeche; todo tipo de cortes a la parrilla y una gran variedad de pastas (tallarines, capeletis, ñoquis), donde se destacan los ravioles.

“Los ravioles son los más codiciados, lo que más pide la gente”, aseguró Faherty. ¿Cuál es el secreto?“La salsa es uno de los secretos, pero el principal es que acá se cocina como cocinaba la abuela antes”, afirmó. 

Por Luthina pasan por fin de semana más de 150 personas que van a comer en el lugar o que buscan comida en la rotisería. Además en esta época vende alrededor de 500 porciones de ravioles por semana y unas 800 en invierno.

El local está abierto de martes al mediodía hasta el domingo. Toda una tradición.