A casi un año y medio de la llegada de la pandemia, otro de los tantos espacios de San Francisco que modificó su funcionamiento fue el internado de la escuela Ipet Nº 50 “Ingeniero Emilio F. Olmos”. Es el hogar de casi un centenar de estudiantes que llegan desde distintas localidades de la provincia de Córdoba y Santa Fe.

En ese espacio, las reglas no cambiaron, pero sí debieron acostumbrarse a convivir de otra manera extremando los cuidados para evitar que se transforme en un foco de contagios de la Covid-19, cuestión que obviamente no sucedió y por eso queda a las claras la labor realizada -y la responsabilidad de todos-.

En una recorrida por el lugar, hoy vacío por las vacaciones de invierno, Jorge Tomé Seif (director), Rodolfo Podadera (vicedirector), junto Darío Bonino (jefe de internado) y Daniel Comín (preceptor), contaron cómo funciona el lugar en plena pandemia.

“Se arrancó con la idea de recibir al 50% de los chicos que se alojan en el lugar, estos chicos podían quedarse semana de por medio, algunos cada dos semanas y otro cada tres semanas, siempre de acuerdo la cantidad de burbujas que se tenían armadas en las aulas. También cada cuatro semanas dado que nunca se llegó a la capacidad máxima”, explicaron.

Los encargados del espacio, contaron que mayormente los chicos alojados en el lugar son de la provincia de Córdoba y Santa Fe, de localidades como Freyre, Porteña, San Guillermo. “El resto, que son los menos, de Devoto, La Francia, El Tío, Arroyito; y del lado de Santa Fe vienen de la zona del departamento Castellanos: María Juana, Plaza Clucellas, Estación Clucellas, Santa Clara”, indicaron.

En la actualidad al escuela ofrece orientación en Producción de Bienes y Servicios y como suborientación: Producción Industrial. Además, contiene las especialidades de Electricidad, Electrónica, Automotores, Mecánica, Maestro Mayor de Obras e Industrialización de la Madera y el Mueble.

El internado de la Ipet Nº 50 y el desafío de seguir formando en pandemia

Ambos contaron que el gran desafío durante la pandemia fue poder seguir desarrollando las actividades sin que se produzcan contagios, sin embargo, el comportamiento de los internos fue muy bueno y eso ayudó a alcanzar el éxito en el funcionamiento. “Fue acostumbrarlos al barbijo todo el día, solamente se sacaban el barbijo para para dormir, comer y bañarse; un dato importante porque por ahí uno llega a su casa y tiene la libertad de sacárselo, acá tenían que estar prácticamente todo el día”, señalaron.

En el lugar, los chicos tienen las cuatro comidas diarias y dormitorios conformados por edades y en este último año por cursos. Existen también distintos espacios que se utilizan por turnos como la sala de juegos -decorada por los mismos estudiantes-, sala de video, gimnasio, sala de tareas -o merendero- y lógicamente dormitorios y baños, que fueron remodelados.

“Agradecemos a la familia en este momento de pandemia y de educación virtual que estamos viviendo. Desde principio de año fue educación mixta porque teníamos presencial, virtual y burbujas, el apoyo que da la familia es muy visto en cómo avanzan los chicos, así que agradecemos de manera infinita el apoyo que dan a nuestros estudiantes que son vuestros hijos”, señaló Podadera.

El internado de la Ipet Nº 50 y el desafío de seguir formando en pandemia

Crecimiento personal

Las autoridades de la escuela explicaron que el hecho de que los más chico desarrollen su adolescencia en el internado es una gran responsabilidad, pero también una herramienta clave para los estudiantes.

“Agradecemos el gesto de permitirles a los chicos dejar la familia, el núcleo familiar y radicarse en otro lado, eso le da alas a los chicos y les permite un gran crecimiento. Los ayuda a crecer como persona, nosotros formamos al chico en todos los aspectos y eso es muy importante“, señalaron.

Asimismo, Daniel Comín -que lleva 33 años como preceptor- contó que muchos de los chicos que llegan al internado son la tercera o cuarta generación de su familia. “Muchos deciden venir porque vinieron los padres, el abuelo, un tío, un primo y eso empuja mucho al colegio, es muy importante”, comentó.

“Queremos agradecer a la familia que siguen confiando en la escuela porque a pesar de la pandemia el internado sigue funcionando y lo que hacen es un acto de grandeza hacia sus hijos”, completaron.

Promoción. Desde el mes de julio, varios profesores de la escuela recorren distintas localidades de la provincia de Córdoba y Santa Fe para llevar la propuesta educativa y presentar el espacio del internado en las distintas escuelas primarias de la región. En ese marco, el director Jorge Tomé Seif contó que la escuela está abierta para las familias que quieran visitarla con el objetivo de enviar a sus hijos a estudiar allí. Por la mañana desde las 9.30 y por la tarde desde las 16.30.

El internado de la Ipet Nº 50 y el desafío de seguir formando en pandemia

Un poco de historia

El internado a la escuela “Emilio F. Olmos” arrancó en los años 30 y estaba ubicado por calle 9 de Julio, donde después funcionó la empresa de Talleres Kopp. En sus inicios albergaba solo a 20 alumnos, hoy la capacidad es de 130 chicos. “Con el paso del tiempo, en el año 1953, se inauguró este edificio nuevo y el internado se trasladó para este lugar hasta llegar ahora con una un grupo máximo de 130 daríamos, aunque da para muchos más, pero si se ha limitado por una razón pedagógica de cuidados intensivo”, explicaron.

“Tiene una gran historia y el internado es considerado una gran herramienta de inclusión social porque gracias al internado hay muchos chicos de la zona que pueden vivir acá y hacer la carrera de técnico, que de otra manera se les hubiese complicado mucho”, agregaron.

Según contaron, hoy la provincia de Córdoba cuenta con 84 internados de los cuales, la mayoría son de gestión estatal y solo tres de gestión privada. Hay unos 4500 estudiantes internos en toda la provincia.

Baños nuevos

Por otro lado, el internado también tiene baños nuevos para el segundo piso Esta obra, según contaron, se inició a fines de 2019 y ya está operativa. El sector fue remodelado por completo después varios años y próximamente comenzará la obra de los baños del primer piso, que son prácticamente gemelos. Estas obras se realizaron con el apoyo de la gestión provincial y municipal, el asesoramiento de la ingeniera Fabiana Scarafía y la arquitecta Lucía Boschetto.

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