Desde hace más de un año, los pacientes con traumas graves de cráneo en San Francisco, Frontera y la región deben ser derivados a hospitales en Córdoba, Villa María o Santa Fe. Esto se debe a la falta de un neurocirujano en el Hospital Iturraspe, una vacante que aún no pudo ser cubierta, lo que genera innumerables inconvenientes a los familiares de las personas accidentadas.

Esta situación la padeció la familia de José Dávila- que sufrió un grave accidente en motocicleta a mediados de junio y tuvo que ser trasladado al Hospital Pasteur-, pero también recientemente Néstor "Cata" Ramallo (59), un conocido trabajador gastronómico que protagonizó otro siniestro en la madrugada del domingo en San Francisco y permanecía internado en una clínica de Villa María.

Ante esta situación, Marisa, madre de José Dávila, comentó: "Como no se conseguían camas en Córdoba, terminó en el Hospital Pasteur porque en San Francisco no hay neurocirujano y para nosotros resultó una gran dificultad y un riesgo, porque en el estado que se encontraba José también resultó peligroso trasladarlo".

"Nosotros pagamos el servicio de emergencia que lo trasladó y salimos por detrás en el auto. Tuvimos que quedarnos allá porque la situación de él era muy grave y estábamos pendientes cada momento", agregó.

Luego contó: "Gracias a Dios tenemos una familia amiga en Villa María que nos alojó, éramos seis personas. Si no, nos hubiera costado una fortuna".

Al respecto, la mujer concluyó: "Es necesario que en San Francisco haya un neurocirujano para evitar todo el traslado de una familia que quiere estar con su ser querido en un momento muy difícil".

En el caso de Ramallo, su hija Daiana padeció la situación, tuvo que viajar en reiteradas oportunidades a Villa María para acompañar a su padre y dejar su trabajo y a sus hijos, con todas las incomodidades que ello le provocó.