“Tuvimos que empezar a hacer algo que nunca hemos hecho en 60 años que tiene el negocio, como es la venta a través de redes sociales y el envío por delivery”, comentó Fernando Bay de Heladería Haití, el tradicional local de postres helados cuyas puertas permanecen cerradas por primera vez en su historia a causa de la cuarentena obligatoria.

Distintos rubros comerciales debieron adaptarse por la fuerza a la modalidad de venta telefónica o vía internet con envíos a domicilio para poder arrancar y subsistir. Este servicio se tornó clave para la comunidad, tanto para los que ofrecen bienes y servicios como para aquellos que se quedan en casa. Pero la adaptación no es fácil, sobre todo en aquellos comercios fuera del rubro gastronómico y para otros que nunca lo habían implementado.

El delivery reconvierte negocios tradicionales

Se trata de subsistir

Desde Heladería Haití comentaron que el escenario actual afectó sus ingresos, no solo por la venta cara a cara, prohibida, sino por los productos que vendían para restaurantes y distintas fiestas. “Para nosotros esto del envío por delivery es todo nuevo porque nos tuvimos que adaptar a repartir helado, cosa que nunca habíamos hecho, y empezar a atender redes sociales, un mundo nuevo”, destacó Bay.  

El negocio se maneja con una compra mínima de un kilo de helado, aunque también ofrece sus diversos postres.

En medio de la campaña que lanzaron distintos comerciantes en redes sociales para que San Francisco sea declarada zona blanca y se permitan más flexibilizaciones en diversas actividades, Bay expresó: “Sin duda que para nosotros lo ideal sería abrir las puertas, la heladería tiene 60 años y nunca estuvo cerrada, ni siquiera en fiestas de fin de año. Necesitamos que se flexibilice y se pueda abrir la atención por mostrador con los mismos recaudos que tiene una panadería o una verdulería”.

El delivery reconvierte negocios tradicionales

Una hora más

Las distintas restricciones en los horarios de venta para comedores y rotiserías también se volvió un dolor de cabeza para los comerciantes gastronómicos, que en un rango de pocas horas deben atender las demandas de sus clientes.

“Esta cuarentena obligó a un cambio de horarios ya que estamos habilitados a trabajar hasta las 22, lo que hace que el trabajo sea con mayor rapidez para hacer los pedidos dentro de lo establecido”, sostuvo Carolina Gómez, encargada de la Strega, quien aclaró que el cliente también se mentalizó que debe hacer sus pedidos con anterioridad a lo que estaba acostumbrado. En la actualidad, el horario pico de llamadas se da entre las 19.30 y las 20, cuando antes de la pandemia era a las 21 o 21.30.

Gómez también pidió flexibilizar la actividad respetando las condiciones de higiene y seguridad con las que vienen trabajando.

“Somos conscientes que planificar una comida antes de las 22, sobre todo para un viernes o sábado es difícil y para nosotros significa una disminución en las ventas, quizás deberían darnos la posibilidad de extender el horario para la venta y entrega de deliverys, en otras ciudades el horario es más extenso”, indicó.

También solicitó poder trabajar por sistema “take away”, es decir comida al paso, lo que implicaría que el cliente haga su pedido y pueda retirarlo en el local.

El delivery reconvierte negocios tradicionales

Un paliativo

Mario Bailone, dueño de la tienda de ropa para hombres Macowens, manifestó que si bien tuvieron ventas vía redes sociales cuando los comercios minoristas fueron habilitados a realizar operaciones vía online, todavía la “gente de San Francisco no está acostumbrada a esta modalidad, prefiere ir al local que lo tiene a pocas cuadras y probarse la ropa en el lugar”. 

Para el comerciante, que junto a su hijo realizan el delivery de lo que venden, esta modalidad significa apenas un “paliativo”. “En el caso de nuestro comercio veníamos acostumbrados a un flujo de facturación tranquilizador que hoy por hoy no lo tenemos”, admitió.

Y como los otros comerciantes pidió una apertura cuidada y administrada de las puertas de los locales. “¿Cuál es la diferencia entre los supermercados o una farmacia o panadería con un local de ropa? Pedimos que a los comercios nos permitan ingresar de a pocas personas dependiendo los metros cuadrados, siempre con los cuidados correspondientes. Sería la alternativa que nos podría llevar a cierta normalidad”, declaró.

El delivery reconvierte negocios tradicionales

“La gente prefiere comprar la carne personalmente”

José Roggero de Almacén de carnes, comerció que también implementó el envío a domicilio, evaluó: “El envío por delivery ha surgido su efecto pero no a los niveles que se esperaba. Un producto como la carne la gente todavía prefiere salir a comprarla personalmente, estamos en una sociedad donde el cliente está acostumbrado a elegir su carne, a que el carnicero haga el corte que ellos prefieren. Es difícil que lo que son productos de consumo masivo pase al  e-commerce, le va a ir mucho tiempo pero algo se está haciendo mediante esa vía”.

Por otro lado, Roggero admitió que las compras a las carnicerías como a los supermercados se han convertido en una especie de “salida de la gente para despabilarse del encierro”.

“Nosotros veníamos pensando en lanzar una carnicería virtual, esto de la pandemia aceleró un poco el proceso pero viene lento. Se entregan tres o cuatro pedidos por día pero el grueso de las ventas se sigue dando a través de los mostradores. Las ventas con envío a domicilio generalmente se tratan de clientes que nos conoce de toda la vida, que sabe de nuestros productos. Y también están aquellos que están dentro de los grupos de riesgo por la pandemia y eligen que enviemos la carne”, describió.