María Aidé es aficionada de la jardinería en su casa. Vive con su pequeño perro que la sigue en todo momento: “Es tan mimoso que está siempre conmigo; yo hago jardinería en casa y a veces suele meterse en el camino y tengo hasta miedo de caerme”, cuenta la abuela a modo de anécdota luego de observar en un video que la Cruz Roja Argentina ofrece en Buenos Aires un servicio de teleasistencia preventiva y asistencial las 24 horas del día.

¿En qué consiste? Se trata de un sistema de prevención y ayuda en el hogar, dirigido a cualquier persona en situación de riesgo. Funciona por medio de un aparato del tamaño de un radio-reloj y tiene un botón rojo que al apretarse comunica al usuario del servicio con una central que posee todos sus datos.

Está pensado sobre todo para personas adultas que viven solas y que pueden ser víctimas de algún accidente domiciliario. Por eso, María Aidé pensó que en alguna oportunidad podría llegar a tropezarse dentro de la casa y solicitar ayuda mediante este mecanismo.

Funcionamiento

El servicio se presta a través de un equipo de comunicación y pulsador, muy sencillos de usar. Posee un potente altavoz y micrófono proporcionando cobertura en todo el domicilio; una vez conectado a la línea telefónica fija y a la corriente eléctrica, el usuario sólo tiene que presionar un botón para entrar en comunicación con el Centro de Atención de Teleasistencia (CAT).

En caso de emergencia, desde el CAT se ocupará de dar aviso a los recursos necesarios, tanto públicos como privados que le correspondan además de informar y coordinar a los familiares con los servicios de emergencia si fuera preciso.

Además, quien contrate el servicio podrá obtener una pulsera o colgante con el mismo botón para cuando está en otro lugar de la casa y no tiene a mano el equipo.

Evaluación

Desde la filial local de Cruz Roja explicaron que la idea es presentar este servicio en la ciudad y ver si a mediano plazo puede comenzar a funcionar. Esteban Picco, su presidente, indicó a El Periódico que “el primer paso es darlo a conocer debido a que existe en San Francisco muchos adultos mayores que viven solos”.

El servicio, que funciona hace seis años en Buenos Aires, y que nació en España, contempla además a personas con discapacidad, a gente deprimida que puede necesitar alguien para hablar, a víctimas de maltrato o robo y hasta niños que por horarios laborales de los padres se encuentran solos en un segmento del día.

Los que contratan el servicio de manera privada deben abonar 200 pesos al mes. Sin embargo, el objetivo en nuestra ciudad será ver la posibilidad de elaborar proyectos para que a los abuelos interesados no les cueste nada.