“Tan bonita y tan solita...”; “Gordita, te hago de todo menos upa”; “¡Mamitaaa, que te hago todo!”.

Si le incomoda leerlo, imagínese escucharlo en pleno día, caminando al trabajo, haciendo ejercicio en la costanera o a la salida de cualquier local bailable de la ciudad. El acoso callejero es una realidad en San Francisco y hasta muchas mujeres lo aceptan naturalmente. Pero, ¿cuál es la línea que separa al acoso callejero de la violencia de género?

“¿Y qué vas a ir a denunciar, un viejo verde que te sigue y te va diciendo barbaridades?”, se pregunta Virginia, una joven de barrio Vélez Sarsfield para quien “los piropos callejeros” son cosa diaria. “Hace unos días volviendo del trabajo mientras caminaba uno me dijo una asquerosidad tan grande que me sentí impotente”, agrega.

Socialmente se minimizan estas agresiones por considerarlas parte de la cultura, y así las mujeres se ven llevadas a tolerar esta violencia y hasta naturalizarla. Y las que se quejan o contestan la agresión son tildadas de exageradas.

Desde pequeñas

Tamara tiene 23 años y asegura que el acoso es una realidad en la semana, ya sea día o noche, y ni hablar los fines de semana. “Me han dicho cosas muy vergonzosas pero nunca me volteo para responder. Y los fines de semana siento temor, hay cualquier tipo de zarpado”, manifiesta. La joven solía regresar sola a su casa por las noches hasta que un automovilista la siguió varias cuadras insistiendo en llevarla y diciendo todo tipo de obscenidades. “Nunca más me vuelvo sola”, asegura.

Desde edades tempranas todas las mujeres son objeto de este tipo de comentarios agresivos e intimidantes. Una encuesta realizada por el Movimiento MuMaLá en abril de este año señala que las mujeres en gran parte del país empiezan a sufrir acoso callejero a los 9 años y además afirma que el 100% de las mujeres encuestadas manifestó haber sufrido algún tipo de acoso callejero. Esto habla a las clara de lo extendida que está esta problemática.

“Se necesitan campañas contra el machismo”

Consultadas sobre la problemática del acoso callejero, representantes del grupo Mujeres a la izquierda de nuestra ciudad focalizaron en la necesidad de realizar “campañas educativas contra el machismo, desde el niño hasta la adolescencia, y dejar de revictimizar a la mujer”.

Lorena Menesterolo, Mayra Bailone y Laura Ferreyra dialogaron con nuestro medio sobre la realidad que atraviesan muchas mujeres en la ciudad y que la sociedad naturaliza porque forman parte de nuestra “cultura”.

“En este sistema patriarcal que vivimos ser mujer sigue siendo un factor de riesgo. Incluso mediante los medios de comunicación y programas como el de Tinelli te muestran a la mujer como un objeto y cuando pasa esto entonces para muchos hombres ‘vale todo’”, sostiene Lorena.

Para Laura el acoso no está separado de la violencia de género. “Es una delgada línea la que va del acoso callejero al insulto y a una escalada de violencia. Es un problema social”, sostiene.

Por su parte, Mayra asegura que la mujer “no tiene por qué cambiar su personalidad o la forma de vestirse; hay que trabajar en campañas con el varón y no en la mujer”.

Desde el movimiento de mujeres continúan reclamándole al Estado medidas urgentes para combatir la violencia de género. Se encuentran recolectando firmas para que se apruebe un proyecto de ordenanza que solicita, entre otras cosas, la creación de un "Centro de Asistencia a la Víctima de Violencia de Género”.

¿Qué es el acoso callejero?

El acoso callejero es definido por la especialista estadounidense Holly Kearl como “las palabras y acciones no deseadas llevadas adelante por desconocidos en lugares públicos que están motivadas por el género e invaden el espacio físico y emocional de una persona de una manera irrespetuosa, rara, sorprendente, atemorizante, o insultante”.

Consultas

Ante situaciones de violencia, agresión o simples consultas, las mujeres pueden comunizarse con el movimiento Mujeres a la izquierda al teléfono: 03564- 15415063.