A lo largo de su historia en el servicio de Transporte Urbano de Pasajeros son muchos los choferes que han manejado los colectivos, ahora amarillos, que son parte del paisaje diario de San Francisco, pero hace unas semanas muchas personas al subirse se sorprendieron cuando los recibió una joven mujer.  

¡Vamos las mujeres!” o “¡Hay que mostrar que podemos!” fueron algunas de las expresiones que mujeres de distintas edades le dedicaron a la conductora en sus recorridos diarios, un poco sorprendidas y también muy conformes porque ahora hay una chica al volante.  

Daniela Díaz se incorporó hace relativamente poco al equipo de choferes, pero ya ha hecho recorridos en las tres líneas que tiene San Francisco. Además de aprender los caminos de forma rápida, algo que lleva su tiempo, “le agarró la mano” al trabajo y se ganó la simpatía de quienes habitualmente usan el “bondi” para moverse.  

Aprendizajes 

Daniela tiene 36 años, está en pareja hace un tiempo y tiene un hijo. Fue su pareja quien la introdujo en el mundo de los colectivos porque él es chofer de una empresa de transporte interurbano.  

En esas conversaciones que se mantienen habitualmente ambos coincidieron en lo importante que es aprender a conducir y poder manejarse solo en este tipo de vehículos. Así que se convirtió en su primer maestro, el que le enseñó todo.  

Él hace 20 años que maneja colectivos, tanto de turismo como de la empresa de acá, y cuando nos conocimos me enseñó a manejar y aprendí todo lo necesario. Hace ya un año yo saqué mi carnet profesional porque estaba por quedarme sin trabajo en una fábrica”, contó a El Periódico sobre su idea de lanzarse a la conducción. 

Eso sí, Daniela consideró que si iba a buscar trabajo en esta área necesitaba hacerlo en el mayor rango potencial de búsqueda, por eso logró la licencia para los recorridos urbanos, provinciales y nacionales.  

Oportunidad 

Con el carné en mano y la necesidad de trabajar Daniela se postuló en varios lugares, pero no obtuvo respuestas positivas. Al menos no hasta marzo de este año cuando la llamaron para hacerle una propuesta laboral.  

“La empresa de turismo Indiana de La Para me ofreció una tarea laboral como chofer. Lo que yo hacía era llevar gente al frigorífico para trabajar y también hacía el traslado a algunos eventos deportivos de los chicos de los clubes deportivos de alrededor de la zona”, señaló.  

Uno de esos currículums llegó a la mesa de entrada de la Municipalidad de San Francisco. Mientras ese papel estaba siendo evaluado, ella estaba ganando experiencia en La Para y buscaba en otros lugares.  

Amarillos 

Hace tres semanas aproximadamente el teléfono volvió a sonar. La habían convocado para ir a la Municipalidad porque la iban a entrevistar ya que había una vacante. En ese momento para la joven fue todo emoción, de repente las puertas laborales se abrieron. 

Me ofrecieron la labor de manejar el transporte público de San Francisco. Ya estoy manejando sola, de a poquito me estoy acostumbrando, tengo que acostumbrarme a andar en medio de la ciudad con un colectivo, en el horario fijado, aprender donde hay partes más complicadas, pero me va muy bien”, expresó contenta.  

Un poco tímida reconoce que tiene mucho cuidado de no dañar el colectivo, está atenta a las ramas, a quienes muchas veces están mal estacionados y en esos casos encontrar un lugar donde el pasajero pueda bajarse o subir de manera segura.  

Qué dirán 

La gente tiene todo tipo de reacciones al verla, pero eso sucede también con cada chofer nuevo que ingresa o cuando alguno reemplaza al compañero.  

Hay gente que me mira raro, que me felicita y me alienta”, afirmó. No obstante, reconoce que también están quienes miran por el espejo retrovisor para ver qué va a hacer o “tiran el auto encima”, en definitiva, que observan con desconfianza.  

De todas maneras, esto no es algo que afecte de manera negativa a Daniela, está acostumbrada y no le impide realizar su trabajo con profesionalismo, ya que si bien lo eligió por necesidad en su momento le encanta tener el poder de dar un servicio y ser quien está al volante.