Camila y Anna iban caminando de la mano en el recreo. Hasta que una preceptora las vio y llamó al director. El hombre se acercó a donde estaban y las obligó a separarse. 

“Tengo amigos homosexuales y no dejo que se besen adelante de mi hijo”, cuentan que les dijo el máximo responsable del colegio Manuel Dorrego de Morón. Además, aseguró que las expresiones de cariño estaban prohibidas para todos.

Las adolescentes, de 15 y 14 años, no lo podían creer. “No hicimos nada malo, ni siquiera un beso nos dimos, sólo queríamos estar juntas de la mano”, le dijeron a Clarín

“Es insólito porque (el director) nos dijo que no era sólo con nosotras sino que está prohibido para cualquier pareja, lo cual es mentira, porque tengo amigas que tienen a sus novios acá y pueden caminar de la mano y besarse en los recreos”, señalaron. 

Pero la decisión del director no pasó inadvertida. Las chicas recibieron un fuerte respaldo de sus compañeros quienes hicieron carteles en su apoyo y una sentada masiva. 

En las paredes de la escuela se pueden leer varias frases colgadas después del episodio. "Todo amor es legal”, “No necesito ser homosexual para saber que la homofobia es un error”, “No a la homofobia” y una interpelación directa al máximo responsable del colegio: “Señor director, debería estar amando a alguien”.

Hubo charlas, reuniones de la comisión de género del centro de estudiantes y una sentada. Pero los chicos van por más en la defensa del derecho a la diversidad: planean un besazo para hacer el viernes en los recreos. 

Para Anna y Camila, el apoyo de sus compañerosfue fundamental. “Nos sentimos muy mal con lo que pasó. Yo estaba muy angustiada cuando volví a mi casa, no entendía qué fue lo que hicimos mal”, dijeron.

El director no habló por el momento y se pidió licencia esta semana.

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