Mauricio Molina (19) y Santiago Peralta (19) son estudiantes de 7° año Electrónica del Ipet 50 “Ing. Emilio F. Olmos” de San Francisco, que participaron este año por primera vez en la Feria de Ciencias, la clásica exposición de proyectos científicos y tecnológicos nacidos en las diferentes instituciones educativas.

Presentaron un innovador dispositivo antivandálico para silobolsas, que también tiene otras utilidades. Tras pasar las instancias local y provincial, los jóvenes nacidos en la ciudad de Arroyito que vinieron a estudiar a San Francisco, fueron distinguidos en la Feria Nacional de Educación, Arte, Ciencias y Tecnología, evento realizado días atrás en Tecnópolis. Allí recibieron una mención especial en la categoría Mejor Trabajo ETP (Educación Técnico Profesional) y en el mismo contexto, el Instituto Balseiro los seleccionó para que se les otorgue el Premio CAB IB.

Más allá de las felicitaciones, Molina y Peralta consiguieron algo mayor: montar su pequeño emprendimiento sin todavía haber finalizado el nivel medio, debido a que su producto ya encontró mercado.

Orgullo de su escuela: los estudiantes y sus medallas.
Orgullo de su escuela: los estudiantes y sus medallas.

“Estábamos más que conformes con la experiencia, el proyecto y cómo nos había ido en las instancias local y provincial. Nunca imaginamos, ni se nos cruzó por la cabeza lo que vino después”, destacaron en diálogo con El Periódico.

Su invento se denomina Smart Silobag y es el único de San Francisco que llegó a esta instancia. El sistema antivandálico para silobolsas es una idea que se les ocurrió al ver en las noticias los continuos ataques a estos implementos agrícolas para almacenar cereales.

Inicialmente sería un sensor de movimiento para que ante la rotura por cualquier causa suene una alarma, pero luego de diferentes entrevistas con los productores surgió la posibilidad de ampliarlo. Con colaboración y dirección de sus profesores desarrollaron un dispositivo y una app con un sistema de monitoreo de silos, que controla valores de humedad y temperatura de los granos almacenados, entre otros parámetros.

“Hablando con gente de campo supimos que no había nada para un control antivandálico. Pero además vimos que la silobolsas tienen que tener diferentes cuidados, por ejemplo por la humedad donde se suele perder el 5 por ciento del contenido de la bolsa. Entonces utilizan el método de calado que son perforaciones a lo largo de la bolsa y lleva mucho tiempo. Por eso se nos ocurrió sumarle la funcionalidad de monitoreo al dispositivo”, señaló Peralta.

A su vez, crearon una especie de brazo del dispositivo en cuestión que se utiliza para máquinas fumigadoras, el cual se encuentran perfeccionando. Este mide el Delta T para conocer si es óptimo fumigar o no en un determinado momento.

Molina explicó que tomaron como lema “tecnificar al campo” pero también generando conciencia de la utilidad de estos dispositivos: “No es un gasto, sino que es una inversión que se paga sola. Una silobolsa que se salva paga el dispositivo y salís ganando”, marcó.

Ya tienen clientes

Ambos estudiantes no salen de su asombro por estos días ya que su proyecto fue visto con buenos ojos desde las empresas.

“Volvimos un jueves de Buenos Aires, fuimos a la muestra rural de San Francisco Expone donde tuvimos un stand del colegio y se acercaron muchas personas a consultar, también nosotros salimos a mostrar. Nos felicitaron y alentaron”, manifestó Peralta, quien agregó:

“Hubo varias empresas que ya nos contactaron, una de ellas nos dijo que ni bien estén los dispositivos los quieren”.

Los estudiantes del Ipet 50 calculan que en los próximos días tendrán terminados los diez dispositivos para fumigadoras que miden el Delta T, que ya les fueron encargados.

“Es un artefacto que sirve para conocer si las condiciones son óptimas o no para fumigar; si es alto el Delta T es porque hace mucho calor y la gota del pulverizador puede evaporarse antes de tocar el suelo, entonces no se aprovecha. Es una tecnología que existe pero es muy costosa implementarla en máquinas que aún no la tienen y las que sí cuentan con esto son carísimas”, comentó Molina.

El dinero que cobrarán por la venta de los dispositivos se reutilizará. Cabe destacar que una firma comercial de Arroyito los patrocinó para poder comprar lo necesario y avanzar con su proyecto.

Respecto al primer dispositivo para las silobolsas, indicaron que es más complejo desarrollarlo en cantidad porque el módulo de comunicación viene de Estados Unidos. Asimismo, aclararon que tienen varios interesados en adquirirlo.

El rol de la escuela

Jorge Tomé Seif, director del colegio técnico se mostró orgulloso del trabajo de ambos alumnos y destacó el rol de la escuela. 

“Están a menos de tres meses de egresar y ya tienen un microemprendimiento importante. Así se cumple el mandato fundacional de la escuela que en sus orígenes fue hecha para dar un oficio a los hijos de los trabajadores. Luego se fue enriqueciendo, se anexó generar mandos intermedios en empresas y otro puntal más es posibilitar a los egresados continuar sus estudios superiores o formar microemprendimientos”, destacó.