“Un termómetro”. Así se refirió una de las trabajadoras sociales del municipio (son 4 en total) al área donde trabaja. Según aseguran los cuatro integrantes desde la Dirección de Desarrollo Social, ubicada en la esquina de Suipacha y Garibaldi, en los últimos dos años se duplicó la cantidad de vecinos que solicitan una ayuda.

Para dar un ejemplo, hay personas que hoy no pueden pagar los 680 pesos que cuesta renovar el carné de conducir de su motocicleta o mucho menos, los 300 pesos para la renovación del documento nacional de identidad de sus hijos. Y para ello recurren a esta área.

También se destacan pedidos de eximiciones para el transporte urbano, sobre todo de jubilados y padres o madres que acompañan a sus hijos –ya eximidos con el Boleto Estudiantil- al colegio por menores de edad. Se le suman sellados, planos de cloaca y agua en Amos; el servicio de sepelio sin cargo y traslado de personas fallecidas y hasta la Tarifa Social de energía eléctrica, entre otras cuestiones.

“Este lugar es un termómetro de lo que pasa, empezamos a ver gente que tiene obra social y no logra cubrir los coseguros y llegan a pedir una ayuda. Acá se ve realmente aumentada la demanda”, describió Verónica Cuello, quien lleva 14 años en el servicio y asegura que en ese lapso se vivieron momentos duros pero que hoy a estas oficinas lo que se observa “ya no es solo la pobreza estructural que podíamos trabajar nosotros, sino la clase media que se está quedando sin algunos beneficios y servicios que antes podían costear”.

Días atrás se conoció un estudio sobre la estratificación de la sociedad argentina y los cambios registrados a partir de las políticas económicas del gobierno de Mauricio Macri, que explican en gran medida la derrota de la alianza Cambiemos en las PASO. Entre el primer trimestre de 2015 y el de 2019, los sectores medios pasaron de representar el 43,5 por ciento de la población a significar el 37,4 por ciento. Traducido a personas de carne y hueso: 2,7 millones dejaron de pertenecer a ese estrato para caer en la pobreza.

Este se denominó “Argentina después de Macri. Aproximación a la Estructura Social de la Argentina actual” y fue elaborado por Ana Rameri y Claudio Lozano, coordinador del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas de Unidad Popular.

Descentralización

Si bien se atiende personalmente en el exedificio de la escuela José María Paz, el servicio se descentralizó hace un tiempo ya que la atención también se realiza en los Caps de los barrios Roque Sáenz Peña, San Cayetano, Parque y La Milka (actualmente fuera de servicio), sumándose algunas guarderías municipales.

“Desde las 7, cada día hay gente esperando para sacar turno o esperar ser atendido, también viene a hacer consultas mucha gente nueva ya que necesitan un servicio que nunca antes usaron”, precisó Romina Pino, también trabajadora social.

Desde renovar el DNI o la licencia de conducir: se duplicaron los pedidos de eximición en Desarrollo Social
Los cuatro trabajadores sociales del área de Desarrollo Social 

En los barrios, según contaron, entre 40 y 50 personas son atendidas cada día en los Caps por temas de eximiciones y ayudas. La descentralización surge para llegar a familias que por cuestiones de lejanía y ocupaciones no llegaba a la oficina central. “Acá hay gente que no llegaba y tenían mayor acceso las mismas familias, por eso nos dividimos y descentralizamos; la intención es llegar a la gente adulta mayor o mamás con niños que les cuesta trasladarse”, manifestó otra de las asistentes, Melina Colombano.

“El costo elevado de los alquileres, de los servicios, hay gente que perdió el trabajo, las fábricas dieron de baja a muchos empleados, esa gente sigue con sus hijos, con la educación, la salud y fueron perdiendo ingresos y entonces hoy se dan cuenta que necesitan ayuda”, precisó Pino sobre las nuevas personas que llegan al lugar.

Eduardo Mansilla, también integrante del equipo social, aportó en la misma línea que su compañera que se trata de un “drama que sufre la clase trabajadora” en la actualidad. “Hoy deben afrontar el costo total de servicios que en un momento estaban subsidiados y su vida cotidiana se ve alterada, eso hace que recurran a la oficina para gestionar la tarifa social o ver cómo conseguir ayuda. Este retoque en la macroeconomía llega tarde o temprano a la población”.