La situación sanitaria por el coronavirus se mide día a día con los reportes oficiales del Gobierno nacional y de las distintas provincias, que incluyen todo tipo de datos. La crisis económica también se refleja día a día a través de numerosos indicadores y en el quehacer de la calle. Sin embargo, más difícil es medir el impacto en la salud psíquica que tiene y tendrá esta época de aislamiento.

Para esto, un estudio impulsado desde San Francisco en las primeras semanas de la cuarentena midió los efectos en la salud mental en casi dos mil personas de todo el país. Entre las conclusiones del trabajo, se destacó que los adultos jóvenes experimentan mayor ansiedad que los adultos mayores. Asimismo, una segunda parte de investigación se encuentra en marcha y quienes quieran participar de la encuesta pueden hacerlo en este enlace.  

Héctor Badellino, uno de los investigadores del mismo y profesor titular de la cátedra de Biología y Neurofisiología del Comportamiento de la Facultad de Psicología en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES), advirtió que esta etapa de encierro traerá cambios importantes en el estilo de vida de la población y que los efectos no se terminarán solo con el fin de la cuarentena, sino que van a notarse más adelante.

Va a haber un cambio en el estilo de vida de la población, creo que ha sido el impacto más importante que acusó la humanidad completa. Creo que va a afectar el tipo y el modo de trabajo, de vinculación. Indudablemente que va a haber gente a la que le va a impactar más, porque tiene menos reservas en la cuestión económica y menos capacidad de salir de una situación tan crítica”, consideró el médico, quien resaltó: Es evidente que esto no se termina acá”.

Incertidumbre

Para Badellino, la situación se complejiza porque está marcada por la incertidumbre de no saber qué va a pasar y cuándo va a terminar. “Si a vos te dicen que esto va a durar 14 días y luego va a volver a ser como antes, tu cabeza se prepara para eso. Pero cuando no sabés cuándo y cómo va a terminar, y cómo vas a quedar, esa incertidumbre se traduce en los indicadores de ansiedad y depresión que medimos. Es notable la proporción de casos con ansiedad moderada a severa. Esto no termina solo con el final de la cuarentena”, analizó.

El profesional destacó que al no saber cuándo va a terminar, se hace más difícil de sostener la parte psicológica. “Es fundamental no solo la salud física sino también la salud psicológica de la población. Si te dicen 15 días de confinamiento, uno puede organizarse para hacer algunas tareas y, por ejemplo, arreglar algo en el patio o en la casa. Cuando eso ya pasó y seguimos en la misma, ya arreglaste lo que tenías que arreglar o hiciste lo que ibas a hacer, entrás en una etapa donde ya no te interesa demasiado hacer eso. No tenés un final, no se sabe cuándo termina”, justificó.

Cómo afrontarlo

El investigador consideró positivo que se permitan las salidas de esparcimiento, aunque resaltó que la propia comunidad debe ser responsable en el cumplimiento de las normas de seguridad indicadas. Asimismo, aconsejó buscar actividades a mediano y largo plazo. “Sugiero que se busquen cosas positivas para hacer. Y que no sean cosas que se terminen mañana, sino cosas a mediano o largo plazo. También mantener rutinas, que ayudan a estructurar. Rodearse de gente positiva, aunque sea por videollamada, gente con las que uno se pueda reír. Hay que entender que esto es transitorio, que no va a durar para toda la vida y que es cuestión de quedar lo mejor parado posible”, concluyó.