La discriminación por pensar políticamente distinto –lo que en la jerga cotidiana se ha denominado “la grieta”– está en el primer lugar de las denuncias realizadas en lo que va del año en la delegación Córdoba del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi).

Con un 28,9 por ciento, las denuncias de discriminación debido a la opinión política o gremial está en 2017 incluso por encima de la discriminación por discapacidad, que concentra el 20 por ciento.

Diversidad sexual, género y etnia se ubican por detrás, todas con un 8,88 por ciento de las denuncias receptadas hasta el 31 de mayo pasado en el Inadi de Córdoba.

En 2016, lo más denunciado fue discriminación por discapacidad (25,86 por ciento), diversidad sexual (13,8), aspecto físico (12,07) y género (7,75).

“Recibimos cerca de 200 consultas por mes en el Inadi Córdoba, pero sólo un 10 o un 15 por ciento de esas consultas terminan en denuncia. A los que vienen los asesoramos, y a veces no tienen que ver con un caso de discriminación, o bien se resuelve aún antes de convertirse en denuncia con una gestión de buenos oficios”, explicó María Pedicino, la directora de la delegación local.

“Cuando hablamos de discriminación hay tres factores que tenemos que tener especialmente en cuenta: la invisibilización de lo que pasa; el prejuicio, porque no podemos pensar a la discriminación separada de los prejuicios; y la normalización, el creer que es normal que una sociedad discrimine a alguien por determinada razón”, detalló Pedicino.

En el trabajo. Dentro del ámbito laboral, en 2016 la mayor cantidad de denuncias estaban vinculadas a cuestiones de género, diversidad sexual y opinión política o gremial. En 2017 se mantienen al tope las cuestiones de género y de diversidad sexual, junto a la discriminación que sufren los migrantes y las personas con VIH.

Es violencia. “Toda discriminación es violenta, porque lo que empieza como un acto discriminatorio se transforma en una escalada, aunque haya sido a modo de chiste”, apuntó la titular de Inadi.

Y consideró que no se puede pensar a la discriminación según grados de importancia: “Sí hay más consciencia sobre algunos actos que sobre otros, pero no hay discriminaciones más o menos importantes”.

“Tenemos una discriminación invisible y muy normalizada, que es la que se produce hacia los adultos mayores. Ellos no son de recurrir al Inadi porque no conocen que pueden hacerlo, o porque no están en condiciones de ponerse en contacto”, expresó Pedicino. Y aclaró que esa realidad no se ve reflejada en las estadísticas de Inadi, justamente por la falta de denuncias.

Las estadísticas reflejan lo que efectivamente se denuncia en esta delegación, pero no es un reflejo tan preciso de lo que sucede en la sociedad porque hay muchas situaciones que no llegan al Inadi, o que entran como consultas y se resuelven antes”, indicó. El bullying, en consultas. Aunque pocas de las consultas sobre casos de acoso escolar o bullying terminan como denuncias formales dentro del Inadi, sí receptan muchos casos y muchos pedidos de capacitación. “Por bullying y por ciberbullying –acoso escolar y hostigamiento cibernético– es por lo que más nos piden capacitaciones”, apuntó Pedicino, reforzando que el bullying es algo que sucede entre pares y de manera sostenida.

“Desde el Inadi apostamos siempre a la prevención, a concientizar y sensibilizar, a establecer mediaciones, siempre sobre la base de la información. Pero hay situaciones que no son conciliables”, reconoció.

Fuente: Día a Día