Cocinan en casa y venden por redes sociales
Se multiplicaron las ofertas de productos alimenticios en las páginas de compra-venta de Internet de la ciudad. Para algunos significa un ingreso extra, para otros el único sustento.
Tortas materas, pastafloras, alfajores de maicena, facturas, criollos, panes saborizados y una increíble variedad de productos manufacturados se ofrecen día a día en distintas páginas de compra-venta de la ciudad. En los últimos meses, ante la crisis económica que atraviesa el país, las ofertas parecen haberse multiplicado.
Para algunas personas esta tarea significa un ingreso extra para llegar a fin de mes, para otros se trata ya de un verdadero emprendimiento familiar más que necesario para el sustento económico.
Necesidad
Desde adolescente, Marianela (24) trabajó en rotiserías y comedores. Hace un año y medio, producto de un embarazo con algunas complicaciones, no pudo seguir desempeñando sus tareas habituales. Como necesitaba el dinero para afrontar los gastos diarios decidió comenzar a cocinar en su casa y a ofrecer lo que hacía. Primero fue haciéndose conocer con el boca en boca y luego a través de Facebook mediante las páginas de compra- venta, las que le permitieron expandir su microemprendimiento.
“Empecé con ayuda de mi marido, primero los fines de semana, con comidas elaboradas y luego mi suegra me fue enseñando de a poco a hacer tortas y repostería. De poco, la demanda fue creciendo”, contó.
Diariamente, Marianela ofrece productos panificados como tortas, alfajores, tartas, roscas, bolas de fraile, masas, entre otros. Pero también algunas semanas vende comidas más elaboradas como canelones, pizzas rellenas, arrollados. Para ella lo ideal es “ir alternando y ofrecer productos que no se encuentran en cualquier lugar”.
Según la joven “es la necesidad de la gente que lleva a que surjan tantas personas que ofrecen comidas, con un sueldo no se llega a fin de mes”, sostuvo. Luego advirtió: “También la competencia es muy desleal, a gente que por querer vender más pone precios muy bajos y los productos también son de baja calidad y eso te saca algún cliente”.
Emprendimiento familiar
Graciela y su marido se habían quedado sin trabajo, y como la mujer siempre cocinó, comenzó a preparar tortas materas, masas y postres que ofrece en internet. Así le fueron llegando los pedidos.
Al poco tiempo se convirtió en un emprendimiento familiar en el que colaboran sus dos hijos. “Hoy es el único ingreso que tenemos. Por todo este momento que estamos pasando rinde poco la plata, hay que esforzarse mucho y a su vez surgió competencia”, describió la mujer.