Denise (30) y Luis (34) forman parte desde hace un año del programa provincial Familias para Familias, del Ministerio de Desarrollo Social, que busca proporcionar un ambiente familiar para bebés, niños y adolescentes que están alejados de su entorno familiar por problemáticas como la violencia, el abuso sexual y el abandono. En casi un año tuvieron dos experiencias, las cuales calificaron como “gratificantes”.

“A nosotros nos da gratitud ayudar en lo que podamos, cuando llega un niño pasa a ser un integrante más de la familia”, indicó Denise a El Periódico, a pocos días de entregar a su padre biológico a una pequeña bebé que tuvo en guarda durante tres meses. “Se extraña el movimiento, el ir y venir en la casa”, agregó con cierta nostalgia.

Buscando un hogar

Entre los departamentos San Justo y Río Primero suman 13 los niños y adolescentes que forman parte del Registro Único de Adoptantes, debido a que la Justicia determinó que no pueden regresar a su centro de vida inicial y por ello esperan la posibilidad de obtener una familia definitiva. Pero conseguirlo no les resulta nada fácil.

La delegada local de la Unidad de Desarrollo Regional (Uder) San Francisco, Lorena Vanay explicó a El Periódico que “se trata de chicos que desde hace un tiempo no encuentran familias que los adopten debido a su situación de salud o por su edad adolescente. Nosotros como Secretaría nos propusimos agotar las últimas instancias para que estos chicos puedan vivir en familia”, acotó.

Y es aquí donde entran a jugar las familias de acogimiento, que entre ambos departamentos suman treinta. “En la actualidad necesitamos familias que estén dispuestas a recibir a adolescentes y a niños con problemas de salud o discapacidad”, pidió.

Esperando una familia

Víctimas de un grupo familiar

El Estado está obligado a evitar la institucionalización de los niños apartados de sus padres y su centro de vida. La primera opción es que el niño se quede con la familia extendida (tíos, abuelos). Si esta alternativa no es posible, se debe acudir a una familia de acogimiento. Estas medidas son excepcionales y transitorias hasta que se decida el destino del niño, que puede ser el retorno con sus padres o familia directa, la permanencia con la familia extendida o la adopción.

Vanay reconoció que “existe el fantasma de que los adolescentes que están institucionalizados son problemáticos” aunque aseguró que “eso es un mito”. 

Sobre estos niños y adolescentes remarcó que “no son chicos con problemas con la ley penal, sino víctimas de un grupo familiar”.

Luego la delegada de Uder destacó la importancia de las familias transitorias: “Hay chicos que viven en las residencias, que están contenidos por el personal pero que necesitan salir al menos un fin de semana, relacionarse con otras personas, tener un referente, alguien que lo acompañe a un acto en el colegio o compartir un cumpleaños o una charla. Muchos chicos egresados de la residencia tuvieron esa ayuda y hoy están lo más bien, y con trabajo”, explicó Vanay.

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“Son experiencias que te abren el corazón”

Denise indicó que cuando conoció a Luis, su esposo, se enteró del programa Familias para Familias e inmediatamente se ofreció a ayudar. “Es algo incorporado a la familia, tengo primos adoptados, tíos; mi papá cuando yo era muy pequeña tuvo la intención de adoptar”, sostuvo.

Primero la pareja tuvo la guarda de un niño recién nacido durante un mes. Luego, de una niña de ocho meses durante noventa días.

Al hablar de las sensaciones que le genera vivir estas experiencias, Denise mencionó la gratitud: “A nosotros nos da gratitud ayudar en lo que podamos, cuando llega alguien pasa a ser un integrante más de la familia. Cada experiencia es distinta. En el caso del primero supimos toda su historia, con el siguiente preferimos no saber tanto para no generarnos prejuicios”.

Denise expresó además que es complicado el desapego cuando deben entregar al niño que tuvieron en guarda, aunque dijo que lo tiene bien claro: “Nos duele obviamente, nos preocupa saber cómo estará, pero confiamos mucho en el trabajo que hace la Uder”.

Por último dejó un consejo para que más familias se sumen a este programa: “Estas experiencias nos hicieron abrir nuestros corazones, no solo a nosotros sino a nuestros amigos, familiares, compañeros de trabajo que siempre colaboraron cuando se los necesitó. Y algunos se mostraron interesados en participar también”, indicó Denise.

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¿Cómo anotarse para ser familia de acogimiento?

Los interesados deben acercarse a la sede de la Delegación Oficial del Gobierno de Córdoba en San Francisco (Bv. 9 de Julio esquina Libertador Sur, cuarto piso).