Doce camiones, cuatro colectivos y alrededor de veinte autos y camionetas recorrieron en solo diez minutos de la mañana de este miércoles el trayecto entre el Camino Interprovincial y la calle Caseros de la nueva circunvalación de la autovía ruta 19 habilitada semanas atrás. En la misma donde el último martes perdió la vida Nicolás Secrestat, ciclista de 27 años que fue atropellado por una camioneta a la altura del kilómetro 133. Su compañero de ruta en ese momento, Gastón Montenegro resultó herido y se recupera favorablemente.

A los ciclistas la tozuda realidad los volvió a golpear duramente porque la de Secrestat fue la segunda muerte de un ciclista en poquito más de un mes. Se sumó a la de Luciano Pizzi (34), quien falleció tras ser rozado por un camión en la misma autovía, aunque a la altura del ingreso a la localidad de Josefina.

Estas muertes no hacen más que evidenciar la necesidad de un espacio donde desarrollar esta actividad de manera más segura. También pone de manifiesto la falta de conducta en muchos conductores de vehículos, sobre todo los de gran porte.

Prohibidos en autopistas, no en rutas y autovías

Secrestat y Montenegro, como Pizzi en su oportunidad, circulaban por autovía. Y aunque se piense que está prohibida la circulación de bicicletas sobre este tipo de vías, un especialista en esta legislación indica lo contrario: “La ley nacional, como las provinciales, establecen restricción para la circulación de vehículos de tracción a sangre y bicicletas por autopistas. No ocurre lo mismo con las autovías y las rutas convencionales donde no está prohibido por la ley sino que está permitido. Claro que no deja de ser riesgoso hacerlo”, indicó a El Periódico Marcelo Chiabrando, abogado especialista en accidentes de tránsito.

Al ser consultado sobre cuál es la diferencia entre autopista y autovía, Chiabrando respondió: “La diferencia está dada por los accesos; en las autovías hay accesos laterales como los caminos rurales. Por eso en las autovías hay mayor cantidad de vehículos, entre ellos bicicletas”.

Las rutas convencionales son más peligrosas aún, debido a que son mucho más angostas y a que tienen circulación de doble sentido. Los carriles están solo separados por una línea pintada.

Consultado Horacio Botta Bernaus, abogado especialista en Tránsito, "el problema es la gran diferencia de velocidad". Según detalló a Día a Día, "una bicicleta puede ir, en promedio, a 25 km por hora, cuando en una ruta la máxima es 110; y en una autopista, 130". "En las autopistas debería haber un cartel indicativo que prohíba el ingreso a las bicicletas, en el caso de las autovías, es más complicado porque debería haber carteles en todas partes", dijo. 

No echar culpas

Chiabrando pidió no “culpabilizar a la víctima” porque en ambos casos, el de Secrestat y el de Pizzi, “hay una persona que embiste, por lo que la responsabilidad mayor es del resto de los vehículos que ocupan esa vía, de mayor porte”. Luego el abogado agregó que “deben saber que puede haber un ciclista o un animal suelto, que pueden haber situaciones de riesgo que deben enfrentar y saber sortear”.