Después de muchos años, Brenda Cappellino (49) por fin siente que puede caminar tranquila y en paz por San Francisco. Con la satisfacción, en parte, de que su vida de lucha y militancia en pos de los derechos del Colectivo Trans y de la comunidad LGBTIQ+ de la ciudad, ha dado sus frutos.

El pasado lunes, la Municipalidad dejó inaugurada el Área de Diversidad, un espacio dedicado a promover los derechos y la inclusión de las disidencias sexuales y de identidad de género.

Brenda forma parte de este nuevo espacio y se muestra feliz de poder colaborar con sus compañeras y compañeros para que puedan, de una vez por todas, acceder a derechos que les fueron vedados durante muchos años.

“Para mí, como para las chicas de mi generación, significa mucho que se abran nuevos espacios como el Área de Diversidad, porque nunca soñamos con llegar tan lejos. Es algo muy importante, por más que muchos no lo vean así, porque somos una minoría que hemos sufrido la falta de derechos y para nosotras siempre ha sido una lucha y todavía tenemos muchos caminos por recorrer”, le dijo a El Periódico.

Para la militante trans, el Área de Diversidad “va a facilitar el poder trabajar con las compañeras más grandes que venimos vulneradas de mucho tiempo, porque por años fuimos excluidas de la educación, de la salud y hasta de poder caminar tranquilas por las calles, ahora tenemos que lograr acceder a esos espacios”, aseguró.

Marcada por la violencia y la discriminación

Cappellino es una de las referentes del movimiento trans en la ciudad. Su historia es ejemplo de la lucha, aunque siempre ha mantenido un perfil bajo: “Siento que milité toda mi vida porque siempre pedí auxilio por mis compañeras y por mí, aunque soy más de hacer que de hablar, hablo poco, pero hago mucho”, confesó.

Nacida en La Para, llegó a San Francisco con solo 13 años en el año 1988. Desembarcó escapando de la violencia que ejercía su padre, que no aceptaba las “maneras” de vida de Brenda e intentaba cambiarla a los golpes.

En San Francisco se encontró desamparada y estuvo en situación de calle, siendo apenas una niña. Se vio obligada a prostituirse para sobrevivir hasta que otras compañeras de la incipiente colectividad trans la pudieron ayudar.

“Tuve una infancia trans, pero nunca me aceptaron, no me dejaron ser, siempre me maltrataron, tenía que ser y hacer lo contrario a lo que sentía -contó-. Con 13 años me tocó pararme en una esquina a prostituirme, trabajaba en la calle, pero tenía sensaciones de niña, soñaba con poder comprarme juguetes y ropa, era muy inocente”.

Brenda, militante silenciosa del Colectivo Trans: “Todavía tenemos caminos por recorrer”

Sobrevivir a los ‘90

Para las personas trans de San Francisco, la década de 1990 fue un período difícil de sobrellevar. Marginadas por la sociedad sufrieron discriminación constante, la humillación y el abuso de poder de la Policía. Brenda lo vivió en carne propia y los recuerdos de aquellos años aún la atormentan.

“En los ’90 vivimos más en el calabozo de la Policía que en libertad. No teníamos ni la posibilidad de ir a una plaza, de sentarnos en un restaurante a tomar algo, estábamos totalmente excluidas de la sociedad. No quedaba otra cosa que mantenerlos en la marginalidad y siempre escondiéndonos porque éramos prácticamente cazadas por la Policía”, aseguró.

Y agregó: “En mi caso hasta me sacaron de un súper mientras estaba comprando el pan, era pleno día y me llevaron como si fuera una delincuente”.

En ese sentido, Brenda todavía siente temores o resabios de aquellos tiempos: “Quizás por todo lo que vivimos las adultas mayores trans estamos tan afectadas psicológicamente. Fue mucho tiempo de rechazo que ahora nos cuesta integrarnos. En mi caso me costó y todavía tengo esa sensación de que alguien va a venir a pedir que te retires de un lugar. Son como secuelas de tanta discriminación”, admitió.

 - ¿Qué análisis hacés hoy de la sociedad y de la realidad que vive el colectivo Trans?

- Se conquistaron un montón de derechos, más allá que todavía tenemos mucha lucha por delante, pero la realidad cambió un montón. Es más, si la pandemia hubiese pasado en los ‘90, hubiésemos desaparecido porque nos habríamos muerto de hambre. Pero se dio algo increíble, durante la pandemia la misma sociedad sostuvo al Centro Trans. Las chicas que trabajaban en la calle no podían salir y recibimos ayuda de la gente. En nuestras redes sociales le pedimos colaboración a la comunidad y la gente donó alimentos, dinero y medicamentos. Fue algo muy lindo, que en otra época no hubiera pasado. En la actualidad, en mi caso, me siento libre de caminar por la calle, de ir a una plaza o de sentarme a tomar un café, años atrás, no. Mi juventud quedó toda perdida en lo marginal, en los calabozos y escondiéndome.

- ¿En qué rol te encuentra esta nueva área?

- Hace ya seis meses que venimos trabajando, pero como te dije mi militancia es anterior, de muchos años. En esta etapa me toca acompañar a las compañeras adultas porque en su mayoría están muy afectadas psicológicamente con todo el maltrato que han sufrido. Se trata de poder guiarlas y asesorarlas para que puedan terminar estudios, que puedan capacitarse para un trabajo, que tengan acceso a la salud. Me siento bien y feliz de poder ayudar.

Se realiza de la 7° Marcha del Orgullo

Por séptima ocasión en San Francisco se realizará la Marcha del Orgullo organizada por la comunidad LGBTIQ+ de la ciudad. El lema elegido es “Ante tanta oscuridad marchamos con orgullo”.

En esta oportunidad la fecha escogida es el 2 de diciembre e incluirá una primera concentración en la Plaza General Paz a las 17, y a las 18 será la movilización por las calles.

Brenda, militante silenciosa del Colectivo Trans: “Todavía tenemos caminos por recorrer”

ÁREA DE DIVERSIDAD: funciona en la Secretaría de Políticas Sociales (Av. Roca 3160) de lunes a viernes de 8 a 13 horas. Dicha dependencia municipal tiene como objetivo implementar líneas de acción que mejoren la calidad de vida y promuevan los derechos de las personas LGBTIQ+.