Hace dos años, dos proyectos 
se pusieron en marcha en pequeñas localidades cordobesas para intentar dar otro destino a la basura: su transformación en biogás.

Con demoras y algunas dificultades en el camino, ninguno está finalizado pero ambos siguen en pie. Si logran algún apoyo provincial o nacio­nal adicional, podrían inau­gurarse en el corto plazo.

No implica generar energía incinerando residuos, como proponía la controvertida Innviron para Capital y Villa María, en una aventura que terminó en escándalo años atrás. Quemar basura es el método más cuestionado desde la perspectiva ambiental.

Para producir biogás los residuos orgánicos se reciclan y transforman en un recurso. Así, buena parte de la basura no requiere ser enterrada ocupando espacio, con riesgo de contaminación. Y a la vez, el gas metano generado en vez de ser liberado al aire afectando el ambiente, es usado como fuente de energía. No hay incineración, sino descomposición natural.

Por ahora, no parece tan sencillo ni un brillante negocio. Pero es un camino alternativo y posible, que dos pueblos del sur de Córdoba se animan a transitar. La experiencia mayor avanza en Huinca Renancó. Otra, más acotada y artesanal, se prueba en Coronel Baigorria.

En ambos, la energía que generarán por esta vía equivaldría a la que demandan sus servicios de alumbrado público. En principio, fueron imaginados con ese destino.

En Huinca

La Cooperativa Eléctrica de Huinca Renancó (CEHR), en sociedad con la Federación de Cooperativas Federadas (Fecofe), diseñaron una planta que pudiera procesar los residuos orgánicos que generan unos 20 mil habitantes de esta región. Hace unos meses, la Provincia habilitó un vertedero regional que recibe los desechos de ocho pueblos del departamento General Roca, en sur de Córdoba. Los inorgánicos ya se separan para ser vendidos y los orgánicos irán a parar a los biodigestores para generar energía.

La planta de biogás, iniciada en 2013, preveía ser inaugurada a fines de 2014. Ahora, hablan de los primeros meses de 2016.

Juan Rivotta, gerente de la cooperativa local, señaló que hay demoras por trabas en el ingreso de equipos importados (la tecnología es italiana) y por razones económicas. Recientemente llegaron equipos separadores de residuos desde Italia y se aguarda el arribo de dos grupos generadores desde Costa Rica.

El proyecto nació por el apoyo del Ministerio de Agricultura de la Nación, que aportó 18 millones de pesos, ya invertidos. “Nos faltarán unos tres millones más, que estamos gestionando ante Ambiente de la Nación”, indicó Rivotta.

Con 21 millones ya se podrá inaugurar, aunque con dos de los cinco generados previstos. Para los otros tres, requerirá una inversión adicional, en una etapa posterior. “Ya generando, se podrían buscar créditos”, apuntó Rivotta.

Para el desarrollo del proyecto, se contrató a las empresas Montanaro-Ifes. El municipio lo avala y aporta el terreno, mientras la delegación regional del Inta suma su asesoramiento.

Negocio, no

Rivotta aclaró de entrada: la ventaja principal no es el negocio de generar energía, sino el aporte ambiental al reducir los residuos, sin impacto.

“No es un gran negocio, al menos con los números actuales. Si no fuera con subsidios, sería totalmente inviable el proyecto para esta cooperativa y este pueblo, por la inversión requerida”, marcó el gerente cooperativo.

“Ambientalmente está bueno, y de paso será una fuente de recursos, aunque la ecuación económica habrá que evaluarla con el tiempo, según los precios del mercado eléctrico para energías alternativas”, completó.

El mismo Rivotta admitió que, por el volumen de residuos disponibles, sería de mayor eficiencia el biogás para procesar los residuos de ciudades grandes. “Traerlos acá de otras zonas no cierra, por el alto costo de los fletes”, precisó.

Más artesanal

Coronel Baigorria es un pueblo de 1.500 habitantes, del departamento Río Cuarto. Allí ya se utiliza un biodigestor para procesar la basura orgánica.

“Seguimos avanzando, pero lentamente. Sabemos que para que funcione requiere mantener cierta temperatura. Y en invierno se nos complica. ­Estamos buscando fondos para calefaccionarlo, mediante paneles solares. Son 500 mil pesos más”, señaló Sergio Olivo, presidente de la Cooperativa Eléctrica local, a cargo del desarrollo.

La planta es mucho más chica, artesanal y barata que la que se instala en Huinca Renancó. “Fue satisfactoria la prueba. Para reducir residuos, claramente ha servido. Para generar energía con biogás aún nos falta, pero apostamos a eso”, marcó Olivo.


Fuente: La Voz del Interior