Las medidas sobre los comercios gastronómicos, que obligaron entre otras cosas a atender a los clientes en el exterior, hicieron que muchos locales, con la llegada del frío, optaran por brindar calefacción en estos espacios, intentando así no perder la clientela en tiempos difíciles.

Algunos optaron por estufas tipo hongo, que se usan con gas envasado. Otros por estufas infrarrojas, que no calienta el aire sino que funciona por transferencia directa del calor de los paneles hacia los objetos, de manera similar al calor que se recibe del sol.

En La Palma, por ejemplo, optaron por estas últimas. “Hace mucho que queremos calefaccionar la vereda. Antes, por una cuestión de tener más espacio para la gente, o para los que fuman. Hace mucho que lo venimos pensando, buscando opciones, indagando sobre esto”, explicó Cristina Colombatti.

“Ahora cuando surgió esto de la pandemia pesamos en concretarlo enseguida. Antes de saber de las restricciones, de que no se iba a poder abrir adentro, ya sabíamos que la gente se iba a sentir más segura estando en un ambiente externo, con calefacción. Viendo todas las opciones optamos por esta calefacción que es infrarroja. Cuando son espacios exteriores y se usa calefacción a gas, y se calienta el aire, el aire se va enseguida o se enfría. Con estas no, calienta personas y objetos así que apenas la prendés ya te está largando calor”.

Las estufas, que son seis, y que adquirieron a través de internet, fueron estrenadas en la primera semana en que ya no se pudo trabajar con mesas dentro de los locales.

“En San Francisco la gente no está acostumbrada a sentarse afuera en invierno, como en otras ciudades, pero incorporamos música en la vereda y de a poco la gente se va animando. Los días de viento o de llovizna, brindan calor confortable”, destacó.

Y añadió: “En Mendoza o en Buenos Aires, en locales reconocidos, ya veníamos viendo que se utilizaban para calefaccionar afuera y ahí empezamos a ver este producto y a buscar información por internet. Y conseguimos las que se adecuan a nuestros metros”.

Tipo hongo

Por su parte, otros locales optaron por las estufas tipo “hongo” o tipo “chino”, llamadas así por su forma.

En el caso de Heladería Wollen, las mismas se estrenaron este martes. “Las sacamos afuera hoy porque nos llegaron el finde. La semana pasada todavía tuvimos temperaturas cálidas. Nos tratamos de aggiornar a esta nueva realidad que nos esta deja la pandemia, en donde la gente elige estar afuera”, dijo Natalia Secrestat.

Ante las restricciones, los locales gastronómicos calefaccionan sus espacios abiertos

La decisión tuvo que ver con brindarle un mejor servicio a los clientes. “Estuvimos un tiempo con restricciones de no poder ingresar al local y nos marcó muchísimo. Tenemos un público de gente muy grande, y con el frío que hace se tornaba muy difícil trabajar. Tratamos de reinventarnos en la medida en que podemos, porque la situación económica nos apremia, pero decidimos invertir en este sistema, que son estufas de exteriores que dan calidez para que uno pueda estar sentado afuera. No es lo mismo que en un lugar cerrado, pero da cierto calor para que uno resista y se pueda tomar un café. Nos facilita el poder seguir trabajando”, sostuvo.

Otro de los locales que utiliza este sistema es Aleph Resto Bar, aunque en este caso las implementaron hace tiempo.

Carlos Varela, de la firma, explicó: “Nosotros usamos estufas desde hace rato en el exterior, porque tenemos patio, y si bien está cerrado en una parte, hace frío. Utilizamos el chino o el hongo, que son garrafas con pantallas altas y cubren un diámetro de seis metros en circunferencia”.

El local utiliza tres estufas de este estilo y, en días de mucho frío, incorpora un cañón a gasoil.

“Es una inversión bastante grande para los que tuvieron que arrancar hoy a poner eso. Se están utilizando también las pantallas eléctricas. Por las restricciones, que son tan cambiantes, es una inversión que no tiene sentido, mucho menos en la situación en que se encuentra el sector”, opinó Varela.

Y sumó: “Nuestro poder adquisitivo está tan limitado, la recaudación es tan poca, que hacer una inversión de esta naturaleza es un gasto, por dos meses de frío. Nosotros lo teníamos hecho de mucho antes porque la capacidad del local es muy chica y siempre tuvimos el patio. Lo teníamos de antemano y hoy por hoy nos viene bien porque se exige que vayan al aire libre”. 

Precios

Los precios varían de acuerdo a la marca, las características de los calefactores y el lugar en que se adquieran, pero una estufa tipo hongo puede encontrase entre los 25 y los 35 mil pesos, mientras que una infrarroja entre los 30 y los 160 mil pesos.