Un microemprendimiento de San Francisco resultó seleccionado en los últimos días por la Incubadora de Empresas de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM). Se trata de Flor de Lino, un proyecto productivo textil sostenible que propone repensar las prácticas actuales de producción y consumo de ropa.

Este programa, perteneciente al Instituto de Extensión, brindará formación y asistencia técnica no sólo a este emprendimiento, sino también a otros de Villa María, Las Varillas y Córdoba Capital que también resultaron seleccionados.

María Soledad Bartolomeo, al frente del proyecto, explicó que Flor de Lino nació a fines de 2020 y que refiere a la confección de prendas, preferentemente de lino con algodón, en colecciones cápsula, es decir, colecciones pequeñas. En el poco tiempo de vida que lleva el proyecto, ya se lanzaron una colección de verano para mueres y una colección para las infancias.  También, se elaboran barbijos con retazos de tela sobrante pero, además, Flor de Lino cuenta con una línea de bijou textil, que se elabora con los restos que sobran de la confección de las prensas. Este trabajo, específicamente, está a cargo de otra emprendedora de San Francisco, Viviana Pussetto.

Flor de Lino, el microemprendimiento local que fue seleccionado por la Universidad de Villa María

Pero del proyecto participan otras tantas mujeres: “Es un microemprendimiento hecho por mujeres, que colaboran con la marca, dos modistas y una artesana. De las modistas, una confecciona las prendas de las colecciones y la otra que confecciona la línea de complementos, los accesorios. Y hay una directora de cine que se encarga de lo audiovisual”.

El proceso

Según contó Bartolomeo, Flor de Lino nació como producto de la presentación de un modelo de negocios en el curso “De la idea al negocio” de la Incubadora de Empresas de la UNVM.

Este programa realizó su tercera convocatoria de incubación de proyectos/emprendimientos de base productiva, culturales y científicos-tecnológicos para Villa María y la región. Se presentaron 24 propuestas en total.

En la etapa de evaluación, realizada por el equipo de mentores y los integrantes de la Incubadora de Empresas, resultaron seleccionados 11 proyectos, de los cuales cinco tendrán apoyo para la validación de su modelo de negocio y seis recibirán acompañamiento integral para su desarrollo durante todo el año, entre ellos Flor de Lino.

Flor de Lino, el microemprendimiento local que fue seleccionado por la Universidad de Villa María

“Hace dos días nos informaron de la selección de seis proyectos. Entiendo que de los seis microemprendimientos fui la única del departamento San Justo, por ende, en la ciudad es el único. Y esto es gracias al acuerdo de la UNVM con el CRES”, contó.

Herramientas

Respecto a cómo repercutió y repercutirá para la firma el curso “De la idea al negocio del que participó” y este asesoramiento que se les comenzará a brindar, Bartolomeo dijo: “Las herramientas fueron muchas. Hubo que pensar todos los componentes de un modelo de negocio, en todos los elementos, armar un proyecto y como resultado de ese proyecto de modelo de negocio nació Flor de Lino. Flor de Lino puso en práctica todo lo visto. Yo vengo de la comunicación, soy comunicadora social, no vengo de una familia de comerciantes, pero todo se aprende”.

“Lo que hace la Incubadora de Empresas es acompañarte durante un año. Se te asigna un mentor para acompañarte en las diferentes etapas de un modelo de negocios para potenciar, si es un proyecto que ya es un hecho, un negocio, los aspectos que hagan falta. Todavía no nos asignaron mentor, pero el asesoramiento va a ser clave, el seguimiento, la mentoría”, agregó.

Seguidamente, contó que viene realizando gestiones para lograr conseguir un crédito de la Fundación Banco de Córdoba y para conseguir el sello Hecho en Córdoba, el programa de la provincia que busca incentivar los productos locales, y el comercio electrónico de Hecho en Córdoba en Mercado Libre.

Un proyecto con ambiciones a largo plazo

Cabe mencionar, que Flor de Lino forma parte de un proyecto más grande: “Pretende, de alguna manera, hacer repensar las prácticas de producción y consumo de indumentaria textil. Lo que hacemos es reusar los retazos de tela de las colecciones de ropa. Y por otro lado está la idea, aunque con la pandemia se trabó todo, de propiciar acciones de reciclado de ropa usada”.

De esta manera, la idea de negocio forma parte de un proyecto de desarrollo a largo plazo: Veintitrés. Ese es el número que la firma pretende que quede de prendas y accesorios por persona, por temporada.

“Es quedarse con la menor cantidad de ropa posible por temporada. El proyecto se llama Veintitrés. La idea es que uno se quede con 23 prendas que va a usar en la temporada y haga circular el resto. La idea era contactar a mujeres que hagan ferias americanas y hacer circular ropa usada. Y así generar una economía alternativa con la ropa usada, paralela”.

Objetivo

La proyección es que Flor de Lino perdure en el tiempo como lo que es. El slogan es “ropa liviana para gente natural”. Que pensemos un poco en las prácticas de consumo, en una moda más lenta, en que la ropa dure más.

Salida laboral

El proyecto, se espera, pueda darla trabajo a otras mujeres: “Cuando contacté a las mujeres les vino bien por varios motivos ponerse en marcha. También ellas eran sostén en sus casas, es un circuito rico para el grupo de mujeres”.

Con la naturaleza

Flor de Lino está en constante relación con la naturaleza: “Propicia, de alguna manera, una conexión muy cercana con la naturaleza. Las colecciones tienen nombres de flores y Flor de Lino es la región, es San Francisco y los alrededores, tiene que ver con la identidad del lugar”.