Este miércoles a las 20, en la escuela Normal Superior Dr. Nicolás Avellaneda, Ana Testa, una sobreviviente de la ESMA, brindará su testimonio en una actividad organizada por la Comisión Memoria, Verdad y Justicia con motivo de conmemorarse el 24 de marzo próximo el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia.

La entrada es libre y gratuita pero los organizadores invitaron a aportar un alimento no perecedero para colaborar con comedores de la ciudad.

Sobre Ana Testa

Por la Comisión Memoria Verdad y Justicia

Ana Testa es una de las víctimas de la última dictadura militar que hubo en Argentina.

Llegó al Chaco en 1971 para estudiar arquitectura. En el ambiente universitario de los setenta, conoció a su esposo Juan Carlos Silva. Militó y estudió hasta que el rector de la Universidad, en complicidad con los jueces, solicitó la captura de los integrantes de todos los Centros de Estudiantes de su facultad, motivo por el cual tuvieron que abandonar la provincia.

Fueron diversos los lugares por donde estuvieron para escapar de la captura: Misiones, Santa Fe, Buenos Aires, hasta que fue detenida en 1979 y llevada a la Escuela de Suboficiales de Mecánica de la Armada (ESMA).

Por este centro de exterminio de la dictadura vagaron unas seis mil personas, de las cuales a penas sobrevivieron unas cien.

Ana Testa es la única que queda con vida de aquellas “pupilas” que fueron asignadas a Ricardo Miguel Cavallo, “Marcelo” para vivos y muertos de la ESMA, donde estuvo durante cinco meses.

“Nunca olvidaré la voz de Cavallo mientras me torturaban”, testifica Ana.

Y agrega: “En la vida de un ser humano hay un antes y un después de un campo de concentración.
No se puede volver a ser lo que uno era”.

Tardaron dos años en desaparecer las heridas en sus muñecas; las otras, las que no están a la vista, no la abandonan.

A pesar de todo el sufrimiento, el compromiso de Testa se mantuvo en pie siempre y sigue así ante la posibilidad de transmitir su experiencia de vida a los jóvenes.