Es una costumbre tan argentina como el dulce de leche que lo amalgama, figura como el artículo más vendido en los quioscos del país. Se trata del alfajor, un producto que vivió en la última década una explosión de variedades y nuevas marcas.

En San Francisco, el empresario Claudio Casas  lanzó la propia, se trata de Alfajores Francisquito, una firma que nació en 2002 y desde entonces busca un lugar en el mercado local y regional.

Claudio Casas junto a su hijo Facundo, visitaron nuestro medio para referirse a este dulce emprendimiento.

Hoy produce alfajores santafesinos, triples de chocolate, mini alfajores y para estas Pascuas elaborará huevos y chocolates.

Referido a las próximas celebraciones de Pascuas, Casas ofreció un consejo a los consumidores, “le pido a la gente que compra chocolate es que se fije en la calidad del producto y no por el papel de envoltorio”.

En otro orden, el empresario trabaja en la posibilidad de lanzar al mercado local “el verdecito”, el alfajor oficial del club Sportivo Belgrano, para lo cual se está poniendo de acuerdo con los dirigentes locales.

 “En el 2002 visité una fábrica de alfajores en la sierras de Córdoba y se me ocurrió hacer un estudio de mercado para incursionar con el tipo de alfajores santafesinos”, recordó Claudio.

Entonces Alfajores Francisquito nació un 4 de octubre, día de fiesta del santo patrono San Francisco de Asís, de allí su nombre.

“Me decidí por los alfajores santafesinos porque era lo que la gente más pedía, de a poco me fui perfeccionando con la ayuda de amigos y colegas”, explicó Casas.

Luego el empresario comenzó a producir mini alfajores para acompañar la merienda de los más chicos. Posteriormente, en 2004, Alfajores Francisquito lanzó el triple de chocolate. A su vez, Casas incursionó con los panes dulces para fin de año con muy buenos resultados.

Según el propio Casas “el mercado de la golosina es muy complejo, pero no bajo los brazos, haciendo la zona, viajando mucho durante la semana”. Alfajores Francisquito se distribuye en varios quioscos y supermercados de la ciudad y en localidades de la zona como Freyre, Brinkmann, Porteña, Balnearia y Mar Chiquita, entre otros.

Para un futuro cercano, el empresario tiene la firma idea de tecnificarse, automatizar la producción pero sin bajar la calidad del producto.