Alejandro Spalla (45) es encargado del Edificio América -bulevar 9 de julio 1874- en San Francisco. A comienzos de septiembre cumplió 20 años de servicio ininterrumpido. Sin embargo, su historia es la de un hombre que desempeña en una labor “en peligro de extinción” y, aunque lo sabe, no se muestra preocupado.

Spalla comenzó su carrera el 1 de septiembre de 2003, fecha que lleva grabada a fuego en la memoria y gracias a la recomendación de un amigo. El encargado anterior había fallecido y el consorcio a cargo del edificio estaba buscando un reemplazo.

Ahí tuvo la oportunidad de probar una nueva experiencia y, un mes después, se convirtió en el encargado efectivo.

Previamente, “Ale” -como lo conocen sus cercanos- se había desempeñado en cobranzas, como despachante de comidas en un restaurante y como periodista deportivo, hobby que comenzó a sus 13 años y todavía mantiene.

Sinceramente, nunca había agarrado un trapo de piso. Empecé a ver en mi familia, buscando algunos consejos. En ese momento, cuando ingresé era soltero, todavía no me había casado, pero nunca había agarrado un palo de piso ni una escoba. Podría decirse que arranqué de cero, me costó, pero con el tiempo fui agarrando confianza”, confiesa entre risas.

Contacto con la gente

Según el encargado, uno de los aspectos más gratificantes de su trabajo es la relación que ha construido con los habitantes del edificio, tanto inquilinos como propietarios.

“Afortunadamente, con el correr del tiempo fui ganándome el afecto y el respeto de la gente y podría decirte que me considero un habitante más. Eso es algo impagable, sabemos, por lo que se vive a diario, que no es fácil ganarse la confianza de las personas y eso es lo más positivo”, expresa.

Alejandro Spalla, de los últimos encargados de edificio: “No es fácil ganarse la confianza de las personas”

Su tarea es ardua porque la limpieza y el mantenimiento incluye no solo el interior sino también el exterior del edificio. “Lo primero que hago apenas llego -7am- es limpiar y dejar en condiciones todo lo que es la parte exterior, la galería y las veredas, inclusive de los locales comerciales”, acota. Y agrega: “Es un tema bastante complejo en los últimos tiempos, especialmente por la gran cantidad de palomas, la suciedad y los excrementos que generan son un dolor de cabeza, no solamente para mí a la hora de limpiar, sino que también para la gente y para los negocios”.

A ello, se le suma la limpieza interior del edificio, en cada piso, ascensores y además de esas tareas habituales, también se encarga de distribuir las expensas y otros documentos relacionados a los habitantes del edificio.

A veces, de bombero

Su predisposición al trabajo y el estar presente lo convirtieron en una figura importante dentro de la vida del edificio, tanto es así que en muchas ocasiones lo llamaron fuera de horario para resolver algunas situaciones de emergencia, tal como lo haría un bombero.

“Con el correr de los años fui adquiriendo un lugar de mayor responsabilidad -dice-, porque ocurría algo o pasaba algo de urgencia, me llamaban y siempre estuve presente. Tanto para solucionar algún inconveniente con las bombas de agua o con los cortes de luz”.

En más de una oportunidad, Alejandro tuvo que regresar a su trabajo fuera de hora para liberar a personas encerradas en los ascensores. “De esas tengo muchas anécdotas. No le tengo miedo a los ascensores porque convivo con este trabajo, que es el de estar, ir, venir, subir y bajar. Le conozco los trucos, sé cómo abrirlos, hacerlos circular y me ha tocado venir a ayudar a personas encerradas”, admite.

- Cada vez quedan menos encargados de edificios, ¿cómo ves a futuro este empleo?

- En la actualidad en San Francisco somos nueve encargados de edificios que quedan. En otros consorcios ha crecido la instalación de empresas de limpieza. No tengo nada en contra de esas empresas, las respeto, pero cada uno cumple roles distintos. El encargado pasa ocho horas diarias en el edificio y está presente cuando la gente lo necesita por cualquier situación.

- ¿Crees que es un oficio tendiente a desaparecer?

- Es un tema complicado, porque cada vez más son las empresas de limpieza. A nivel general, no solamente en San Francisco, sino también a nivel país, especialmente en Buenos Aires, es un empleo que de a poco va desapareciendo. En mi caso, estoy tranquilo, siento que tengo el apoyo de todos los que habitan en el edificio América.

Alejandro Spalla, de los últimos encargados de edificio: “No es fácil ganarse la confianza de las personas”

Oficio paralelo

Antes de ser portero, Alejandro comenzó a la temprana edad de 13 años a ejercer una pasión que, todavía hoy, preserva: periodista deportivo.

Se había iniciado en FM Espacio de Frontera leyendo noticias, pero luego su compromiso fue creciendo y desempeñó tareas en casi todas las emisoras locales, además del viejo Canal 2 de barrio Roque Sáenz Peña. Su participación más larga fue en Radio Estación con el programa Polideportivo. En la actualidad realiza coberturas para Radio Belgrano Suardi en los partidos de Sportivo Belgrano y San Isidro.

Está casado con Verónica y tiene dos hijos, Maximiliano (14) y Juan Martín (6).