Pasaron más de dos semanas del accidente que dejó con heridas gravísimas a un hombre de 56 años tras colisionar con una isleta divisoria en el acceso a San Francisco sobre la ruta nacional 158, en inmediaciones al Parque Industrial, y tanto esas isletas como las ubicadas en Quebracho Herrado y Colonia Prosperidad siguen sin modificación alguna por parte de Vialidad Nacional y la empresa constructora Luciano.

Como si no fueran pocos los antecedentes del mal estado de esta ruta nacional, la construcción de canteros divisorios o isletas para mejorar los accesos a las localidades de Colonia Prosperidad, Quebracho Herrado y al Parque Industrial de San Francisco, efectuados en la reciente obra de repavimentación de la ruta, trajeron un nuevo problema, ya que la mala iluminación y señalización los convirtieron en obstáculos que los usuarios encuentran “plantados” en medio de la ruta y en su propio carril.

Estas islas fueron terminadas en los últimos meses y su construcción estuvo a cargo de la empresa Luciano S.A., que ejecutó la obra. Ante las reiteradas consultas de El Periódico, desde la firma declinaron dar una respuesta. Tampoco la Dirección Nacional de Vialidad dio una respuesta ante los pedidos de este medio. 

Sin arreglos, habrá otros accidentes

La construcción de estos canteros difiere en gran forma de otros similares levantados meses atrás, por ejemplo, en la misma ruta nacional en el ingreso al aeropuerto de Villa María o en el desvío para tránsito pesado en Las Varillas, que cuentan con reductores de velocidad, mayor señalización y demarcaciones en la ruta, además de estar en una zona con alumbrado público. 

Los construidos en el departamento San Justo apenas si tienen un cartel que indica el desvío ya en el cantero, que en el caso de Colonia Prosperidad muy poco duraron en pie ya que fueron atropellados por quienes no advirtieron la isleta en medio de la ruta y sin luz. Quienes circulan por la ruta se los encuentran ya encima y deben realizar maniobras muchas veces bruscas para evadirlos.

“Nos destruyó”

Este cantero sobre el ingreso al Parque Industrial de San Francisco fue señalado como el elemento determinante que causó un gravísimo accidente el pasado viernes 18 de junio, cuando el conductor de una camioneta que se dirigía en dirección a San Francisco para tomar la ruta nacional 19 maniobró para evitar el impacto contra la isleta, perdió el control del vehículo y tumbó sobre la banquina. Se trata de un hombre de 56 años, Nicolás Rivero, vecino de la localidad correntina de Ituzaingó, quien sufrió heridas gravísimas y con secuelas que serían irreversibles. Desde entonces está internado en estado muy delicado. 

Varios de sus familiares se encuentran en San Francisco aguardando por su recuperación. “Según los doctores él no va a volver a caminar por una estupidez de Vialidad Nacional, por no hacer bien la cosas-se quejó su esposa Norma-. Espero que desde ahora se haga algo porque esto nos destruyó la familia”, dijo la mujer, muy molesta.

Y agregó que por su trabajo, Rivero llevaba más de 25 años viajando y que conoce todas las rutas del país. “En esa zona no había señalización y era nueva la isleta. Esto nos cambia toda la vida. Él es un hombre laburador, de familia, buen padre, que estaba pensando en volver a casa simplemente”, agregó Norma.

Según la familia, el diagnóstico médico fue muy desalentador antes de dos operaciones que ya se le realizaron al hombre: quedaría cuadripléjico. Sin embargo, no pierden la fe de que ocurra un milagro y pueda recuperarse y volver a caminar. 

ANÁLISIS

¿Qué esperamos?

Para quienes transitan la ruta, la construcción de estas isletas en tres localidades del departamento San Justo representan un peligro grave, como ya se hizo evidente tras el lamentable accidente que sufrió un hombre cerca del Parque Industrial. Si bien la responsabilidad es de un organismo nacional y de una empresa constructora, las autoridades municipales también pueden insistir por una reparación urgente o bien tomar medidas antes de que ocurra otro grave accidente que lamentar, aunque la ruta no sea de su jurisdicción y haya impedimentos legales.

Es difícil saber qué razonamiento prevaleció en la empresa constructora para idear y ejecutar algo tan inseguro para quienes manejan en la ruta. En Colonia Prosperidad, la oscuridad es total y no hay señalización alguna. En los otros casos, la iluminación es mala, al igual que la demarcación. 

En el Concejo Deliberante de San Francisco, el tema pasó a comisión el último jueves. Para cuando la comisión se expida, puede que sea tarde nuevamente. El problema está en el mientras tanto, por lo que es urgente un plan de acción.

Sea de quien sea la responsabilidad, no parece tan difícil para los municipios ni para los responsables de la obra advertir al menos con luces de emergencia de estas isletas.

No hay tiempo para esperar y las consecuencias de no hacer nada ya las conocemos. Ojalá no haya que lamentar otro accidente para que se decidan mejorar esas construcciones o al menos que se las señalice de emergencia.