Los vemos como parte nuestra. Tanto, que muchas veces no les prestamos atención ni los cuidamos como lo demandan. Pero vaya si nos habrán refrescado más de una vez con su sombra. Si nos habrán dado refugio ante una lluvia o pedrada. Si nos habrán embellecido los atardeceres o las mañanas. ¿La madera, las frutas, la leña? De los árboles. Y así los podríamos seguir elogiando hasta el cansancio. ¿Algo más? Como si fuera poco, producen el oxígeno que respiramos. Ni más ni menos.

El ejemplar más común en nuestra ciudad es el fresno americano. Sin embargo viene siendo continuamente extraído por el crecimiento dispar de sus raíces y la falta de cuidado del frentista.

LOS MÁS COMUNES EN SAN FRANCISCO

Fresno americano

De hasta 15 metros. Prospera en suelos fértiles y húmedos. Es resistente al frio y las heladas. Sombra densa. Brotación en septiembre. Utilización: arbolado urbano (veredas medianas a anchas); parques y plazas.

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Lapacho rosado

Las hojas son verde oscuro y las flores son rosadas, de forma acampanada que aparecen a final del invierno, cuando aún no han brotado las nuevas hojas. Requiere poca poca. Es muy sensible a las bajas temperaturas. Se utiliza para arbolado urbano (veredas de medianas a anchas); parques.

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Jacarandá

Tiene una forma de copa extendida y la altura del ejemplar adulto puede llegar hasta 10- 12 metros. De hojas grandes y extendidas, color verde oscuro. Esta especie no se poda habitualmente. Se utiliza en veredas anchas de avenidas, ramblas, plazoletas; parques y plazas.

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Arce o Acer negundo

De 8 a 10 metros, de sombra densa. No responde bien a la poda y debido a las dificultades de la cicatrización, las heridas se convierten en puerta de entrada para hongos que pudren la madera. También es atacado por el bicho canasto. Esto hace que ya no sea recomendado como especie de arbolado urbano. Utilizado en parques y plazas.

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Pezuña de vaca

De copa globosa y ramas arqueadas, que puede llegar a 7 o 10 metros. Sus hojas de color verde medio opaco poseen la forma característica de huella de pezuña de vaca o pata de buey, lo que le da el nombre. Se la utiliza como una especie ornamental, esto significa que se la emplea para adornar jardines y parques.

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Crespón

Pequeño, en estado adulto no supera los 7 metros y tiene como característica principal su floración de colores lilas, rojos, rosados, fucsias y blancos. Muy adecuado para áreas urbanas (veredas y jardines) ya que sus raíces son profundas y no comprometen construcciones. Deja pasar al sol en invierno y florece en verano.

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Poco cuidados

“El error está siempre en que se planta un árbol y no se le hace un seguimiento. Es como que el árbol del frentista no se tiene en cuenta. Sólo se lo coloca para cumplir con una disposición. Ahora sí se utiliza mucho su sombra, su frescura, la belleza de sus flores, pero realmente el árbol sobrevive pura y exclusivamente de las bondades del clima”, asegura Luis Gaviglio de la Asociación para el Medio Ambiente y su Dinámica (AMAD).

Diego, de Vivero Márquez, coincide en que actualmente ya no se busca tanto el fresno americano porque sus raíces se expanden hacia los costados y ocasiona algunos problemas. “Se está reemplazando por la mora híbrida, falsa caoba, pesuña de vaca, lapacho, jacarandá, entre otros”, sostiene.    

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Qué plantar

Los árboles para veredas deben elegirse teniendo en cuenta el espacio disponible y muy especialmente las características de la copa y de la raíz.

Todas las ciudades tienen ordenanzas que regulan el arbolado urbano. Y todas tienen en común las características de las especies y el tamaño de las aceras.

Para veredas normales (de 1,50 metro hasta los 2 metros), los árboles deben ser pequeños o medianos y siempre de raíz pivotante, es decir que crecen verticalmente hacia abajo. Esto es importante porque cuando crezca, si la raíz es extendida, podrá afectar la vereda o la calle.

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Más control

Es lo que piden los integrantes de AMAD. “Control en la extracción, en el tipo de poda, ahora hay una modalidad, se los tala y después se va a pedir permiso para extraerlo. Además muchos comercios aún consideran que el árbol afecta su actividad desde el punto de vista de la visión de la vidriera, de la cartelería y la iluminación. Y es al revés un árbol correctamente plantado, bien ubicado embellece el lugar y le da beneficios”, destaca Gaviglio.