Hacía 10 minutos que la familia Bustamante había llegado a la “costanera” dispuestos a pasar una tarde al aire libre. Estaban pasando un buen momento, pero pronto la tarde se volvió un amargo domingo para el olvido. Así lo relata Estela, madre del chico agredido: “Con mi esposo y mis hijos fuimos a la costanera y estábamos con mi hermana y su familia, mi hijo de 9 años estaba jugando en la hamaca con mi sobrino de 4 años y en un momento sentimos los gritos de mi hijo y vimos que estaba siendo atacado por un pitbull. Fuimos todos corriendo y sacamos al perro como pudimos, pero ya había dejado sus dientes marcados y clavados en la pierna de mi hijo. Lo llevamos al hospital y tuvieron que darle puntos”.

Por suerte el niño tenía un pantalón largo (quedó destrozado) y no sufrió más que cortes por mordeduras en una pierna, de los que se está recuperando. Pero el mal momento y el susto a toda su familia no se lo quita nadie.

La publicación de este hecho a través del Facebook de El Periódico originó un gran debate, muchos comentarios y puntos de vista diferentes. La mayoría responsabiliza al propietario del animal, aunque otros apuntan a la raza y a la falta de control de las autoridades hacia los perros que son paseados sin correa o bozal. Incluso no faltan quienes deslizan que la culpa es de los niños por molestar al animal.

La familia Bustamante señaló que sólo buscaban que se tome conciencia de los riesgos que se corren al llevar suelto un perro de este tipo a un lugar donde está lleno de niños jugando. Según relataron, el dueño del pitbull les explicó que el perro había sido entrenado para defender a sus hijos. Estela deja una pregunta inquietante: “¿Qué hubiera pasado si en vez de atacar a mi hijo hubiera mordido a mi sobrino de cuatro años? Pudo haber sido una tragedia”, dice.

Responsabilidad

Cualquiera sean las características del perro, la responsabilidad sobre el comportamiento del animal queda en manos de sus dueños. Incluso si la familia del niño agredido lleva el tema a la Justicia, aunque señalaron que no lo harán. Diego Bracamonte es adiestrador canino y una referencia en el tema. El profesional insiste en no culpar a la raza, y señala que el problema reside en la falta de conocimientos para manejar un perro correctamente. “No cualquier persona está en condiciones de tener un perro de una determinada raza. El animal tiene que recibir una educación, tiene que estar bien disciplinado, y además la persona tiene que tener una contextura física que le permita manejarlo”, explica. También remarca que a todos los perros deben pasearlos con correa, tal como lo establece la ley.

Bracamonte también rechaza la clasificación de potencialmente peligrosos sobre algunas razas, ya que asegura que todos pueden ser peligrosos si no reciben la educación adecuada. “Un familiar mío fue mordido por un perro mestizo (sin raza), que no es considerado peligroso. Muchos perros callejeros pueden morder a alguien, y no por eso se culpa a la raza. Lógicamente, no es lo mismo la fuerza y la mordida de un pitbull que otra raza menor”, aclara.

Según Bracamonte, en este caso en particular el perro pudo haber mordido por tratar de  defender a un integrante de su manada. También cuestionó el hecho de que el animal estaba siendo paseado por un menor de edad (hijo de los dueños): “Hay perros que pueden pesar el doble que un chico, de ninguna manera ellos pueden manejarlos”.



QUÉ DICE LA LEY

Aún controvertida o insuficiente, lo cierto es que la ley provincial 9685, entre otras, establece la categoría de perros potencialmente peligrosos según sus características físicas y prohíbe que los mismos sean paseados en lugares públicos sin correa y bozal. Además, establece que un propietario no puede pasear con dos perros de este tipo, independientemente de que los lleve atados. Tampoco pueden ser paseados por menores de 16 años, como ocurrió en el caso de estas páginas. Sin embargo, los controles en espacios públicos son inexistentes.

6.500 DENUNCIAS

Solo durante el 2012, el Instituto de Zoonosis Luis Pasteur de la ciudad de Buenos Aires recibió 6.500 denuncias por ataques de perros producidos en la misma ciudad. Y estiman la existencia de un 30% más, que no fueron denunciados. Entre las víctimas, un importante número son niños de entre cinco y nueve años. Por lo general, las lesiones ocurren en el espacio público: el animal se siente invadido y defiende su lugar de pertenencia. Eso obligó al Gobierno porteño a implementar una ley para regular la tenencia de perros “potencialmente peligrosos”.

TAMPOCO LOS DESECHOS

Así como hay propietarios que pasean a sus perros sin correa en espacios públicos, muchos otros tampoco juntan los desechos que dejan los animales en estos lugares cuando los sacan a pasear. Nuevamente, la culpa no es del perro.


OPINIÓN 

Cuidado con el dueño

Por F.R.

A un perro no se le puede pedir que no sea perro. Necesita afecto, límites y disciplina. Por eso la responsabilidad en estos hechos recae lógicamente en sus propietarios. Si no disciplinan al animal porque no saben cómo hacerlo, o bien lo entrenan para defensa y luego ni siquiera lo llevan con correa a un parque donde hay muchos niños, es posible que ocurra un hecho similar. Y las familias que están tomando mate en la costanera no tienen por qué estar con miedo de sufrir un ataque.

Algunos compran estas razas para protección, otros por moda, otros porque les gusta la pinta del perro simplemente. Ahora, si no planean adiestrarlo o no van a tener el detalle de llevarlo atado a lugares públicos, bien podrían comprarse un caniche toy, que también son muy coquetos y cuya mordida en un improbable caso de ataque seguramente causará menores daños. O mejor aún, podrían adoptar uno en la Protectora de Animales, que hay para elegir de todos los tipos y colores.