Matías Mana (27) se define como un buscavidas, es albañil, parrillero y árbitro de fútbol. Pero en 2014 encontró su verdadera vocación: trabajar para los demás, por los que más necesitan. Al principio tenía dudas y temores sobre cómo abordar la tarea solidaria, pero con el correr de los años llegaron las satisfacciones, alegrías y reconocimientos por parte de la comunidad.

“De chico siempre tuve la idea de ayudar de alguna manera a las personas que no la pasaban bien, pero no me animaba. Eso hasta que das el primer paso y empezás a caminar, después las puertas comienzan a abrirse solas”, cuenta en una entrevista con El Periódico.

Para mí es una satisfacción personal-agrega-, es sentirse bien con uno mismo, soy un agradecido por todo lo que tengo y busco devolver un poco todo lo que la vida me da”.

“Busco devolver un poco todo lo que la vida me da”

Buscavidas

Gracias a sus diferentes formas de ganarse la vida fue conociendo gente que comenzó a abrirle las puertas en eso de trabajar por los demás. Arrancó con dos amigos sirviendo en un comedor en Estación Frontera, luego en barrio San Javier y también ayudando a cuanto merendero, peña solidaria o colecta necesite una mano.

Cierta vez, otro amigo le contó la experiencia que vivió en un monte de Santiago del Estero, donde la pobreza y el desamparo golpeaban fuertemente a un pueblito llamado las Siete Puertas. Eso lo conmovió y decidió, con colaboración de sus familiares y amigos, organizar una colecta para llevar alimentos, ropa, juguetes y medicamentos a esa comunidad. De esta forma nació “Ayudanos a ayudar”, que cada año realiza colectas para llevar al norte argentino (Colonia Percas, Icaño, Dora y Herrera). 

“Este es un trabajo en el que no estoy solo, implica muchísima gente, gracias a Dios tengo muchos amigos y una familia hermosa que me apoya siempre, no es fácil pero tampoco es imposible. Vamos organizando diversos eventos, peñas solidarias, colectas y creo que le debo la mayor parte de esto a mi familia  y a mis amigos que le ponen el hombro y el cuerpo para poder hacer todo esto”, rescata.

“Busco devolver un poco todo lo que la vida me da”

La realidad social

Mana reconoce que la actual situación social que vive el país no es buena, aunque remarca “lo bueno es que en San Francisco hay muchísimas personas que están dispuestas a ayudar. Formamos ‘Ayudanos a ayudar’ con el que fuimos recolectando alimentos, ropa, juguetes y gracias a Dios y al aporte de muchos comerciantes que nos ayudaron a solventar el gasoil, pudimos llegar a Santiago”.

“Fue muy chocante lo que vivimos y por eso decidimos continuar cada año, siempre sin dejar de lado a los que necesitan de nuestra comunidad”, asevera.

Un mensaje y un sueño

Mana insta a aquellos que quiera ayudar a los demás a “que se animen y lo hagan de corazón y de buena fe. Si lo hacés bien, la gente te ayuda y después las puertas se abren solas”.

Por último, el joven se esperanza con que en un futuro ya no existan tantos comedores y con que cada argentino pueda ser autosuficiente. “Sería lo ideal pero es una realidad complicada, en algún momento vamos a ser un país equitativo, sin brecha ni diferencias”, finaliza.