Luego de las favorables críticas y buena repercusión obtenida en el espectáculo homenaje al periodista y escritor Rodolfo Walsh, que fue el primer trabajo de esta dupla creativa del actor Leonardo Sbaraglia y el músico Fernando Tarrés, este sábado 13 de agosto llega a San Francisco “El territorio del poder”, que se presentará a las 21:30 en el Teatro Mayo. 

Se trata de una propuesta audiovisual que combina el arte de la actuación, la palabra, la música y las imágenes. Con un audaz manejo de la forma, la obra conjuga situaciones que transcurren en tiempos y espacios diferentes –a veces separadas unas de otras por siglos- como partes de un sofisticado rompecabezas que construye una implacable imagen final. Para generar ese viaje caleidoscópico, la dupla Sbaraglia-Tarrés suma a dos grandes músicos: el violinista Damián Bolotín y el contrabajista Jerónimo Carmona. Los cuatros artistas dialogan en escena en un dinámico encuentro de música, imagen y palabra que logra extraer de la oscuridad una veta de luz y optimismo que nos devuelve la fuerza y la esperanza en el hombre.

Las entradas están a la venta en las boleterías del Teatro, en Garibaldi 38. Informes al 03564 420322.

La obra

“El territorio del poder” es una producción original que invita a transitar un camino a través de los mecanismos del poder en la historia del mundo, relacionando, no solamente política, economía y religión, sino también la realidad cotidiana de cada ser humano en un rompecabezas en el que el diálogo entre la música, las imágenes y la actuación otorgan un espectáculo diferente.

En una reciente entrevista en Mar del Plata, donde presentaron la obra, Sbaraglia dialogó con el portal 0223 y contó más detalles de la propuesta.

-¿Cómo surgió esta idea y qué es lo que más le atrajo de la obra?
-Hace varios años el Centro Cultural para la Memoria Haroldo Conti nos convocó para hacer un proyecto en vivo que cerrase una jornada en homenaje a Rodolfo Walsh. No había nada preestablecido y quedaba a criterio nuestro qué hacer. Libertad total respecto de los textos, la forma, el abordaje. De ese primer encuentro surgió RW, la obra con la que iniciamos nuestra experiencia artística juntos. Luego, cuando vimos el inmenso potencial que nos ofrecía el recurso del multidiscurso, en donde el cine, el teatro, la música y la literatura se entrelazan, decidimos armar una obra especialmente escrita con este formato en mente.

-¿Cuál es el mensaje para el espectador?
-La idea es hacer visible algo que nos habita a todos y que, lamentablemente, todos hemos naturalizado al extremo de volverlo invisible. Nuestras vidas están atravesadas por el poder, tanto el recibido como el ejercido y, en tal sentido, la obra va abordando un mismo tema desde distintas perspectivas, algunas más abstractas, otras más concretas, algunas más lejanas, otras propias. Así vamos volviendo visible el problema, vamos viajando con el espectador a lugares y situaciones en las que cada uno sentirá mayor o menor grado de identificación pero, anta o después, todo esto que estamos contando va sedimentando, va organizándose de manera particular en cada uno de los espectadores que va a dar un significado muy íntimo e individual al planteo. La idea nunca es señalar. Mucho menos pararse en el nombre de la solución. Es más bien una invitación a pensarnos, colectiva e individualmente, y a entender que hay procesos que no podemos seguir aceptando y repitiendo. Ese es el primer paso hacia la luz.