Esteban Lindor Alvarado, el capo narco rosarino que el 9 de abril cumplirá 44 años y el viernes intentó fugarse en helicóptero de la cárcel federal de Ezeiza, tiene una larga trayectoria criminal que lo ha convertido en «un narcotraficante en el sentido de transportar grandes cantidades de drogas» y, a la vez, es “un tipo sanguinario pero muy inteligente y con mucha plata”, según lo describió una fuente que lo investigó en varias ocasiones.

En el juicio por el que fue condenado el año pasado a prisión perpetua, un testigo que integró su organización criminal y luego fue asesinado, aportó un cuaderno con anotaciones que llevó durante años en el que constaban 43 homicidios presuntamente encargados por Alvarado.

Hijo de Roberto Mario Alvarado e Irene Genoveva Rosa, “El Esteban”, como lo conocen en el universo del hampa, acumuló cuatro condenas judiciales en la última década, por variados delitos como homicidio, asociación ilícito, robo de autos y tráfico de estupefacientes.

También tiene una causa federal elevada a juicio por lavado de activos junto a su ex esposa, Rosa Capuano, recordó a Télam un vocero judicial.

En 2012 Alvarado fue condenado a 3 años de prisión en suspenso por el robo de un Fiat Duna en 2007.

Para entonces, estaba preso a disposición del fiscal de San Isidro, Patricio Ferrari, por liderar una banda de ladrones de autos de alta gama que eran robados en el Conurbano norte de la provincia de Buenos Aires y desguasados en Rosario.

En 2016 fue condenado en esa causa, a través de un juicio abreviado, a 6 años y 6 meses de prisión.

Apenas recuperó la libertad, en 2018, la Justicia ordenó su detención en una investigación que lo ubicaba como instigador del asesinato de un oscuro prestamista rosarino, Lucio Maldonado.

El 2 de febrero de 2019 fue detenido en un camping de Embalse Río Tercero, en la provincia de Córdoba, y arrojó su teléfono celular al río.

Un vocero de la Justicia Federal señaló que Alvarado «es un tipo que tiene la capacidad y la logística y todo para poder armar una fuga» / Foto: Archivo
Un vocero de la Justicia Federal señaló que Alvarado «es un tipo que tiene la capacidad y la logística y todo para poder armar una fuga» / Foto: Archivo

Sin embargo, un policía lo rescató y tras la apertura del Iphone en Estados Unidos, los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra avanzaron en la investigación que derivó en su condena a prisión perpetua el 3 de junio del año pasado por homicidio, asociación ilícita, lavado de activos, balaceras a edificios judiciales y otros delitos.

Seis días después, el 9 de junio, el Tribunal Oral Federal 2 de Rosario lo condenó a 15 años de prisión como «organizador del transporte de cuatrocientos noventa y tres con novecientos treinta kilogramos de marihuana el 24 de noviembre de 2017», que fueron secuestrados por la Policía de Río Negro en una camión perteneciente a una de las empresas de la red que el narco había montado con fines de blanquear dinero ilegal.

El año pasado fue procesado junto a su exesposa, Rosa Capuano, por lavado de activos en una causa que fue elevada a juicio oral pero aún no tiene fecha de realización, dijo a esta agencia una fuente de la Justicia Federal rosarina.

De acuerdo a la acusación, Alvarado y un grupo de personas allegadas habrían lavado al menos de 10,3 millones de pesos entre 2012 y 2019, que tuvieron como ilícito precedente el tráfico de drogas en distintos barrios de Rosario.

Alvarado «es un narco en el sentido más federal de la palabra, lo de Río Negro era marihuana que venía de Paraguay e iba a Chile», abundó la fuente.

El investigador, que lo siguió en varios expedientes, recordó que la causa por robo de autos en San Isidro reveló que “tenía una división de la Policía que formaba parte de su organización”.

Un comisario de la Brigada de Judiciales, Luis Quevertoque, fue condenado en un juicio abreviado por complicidad con Alvarado y se descubrió que tenía un caballo de carrera, llamado “Cascarudo”, en sociedad con el capo narco.

La Brigada de Judiciales de la Policía de Rosario fue la que realizó la investigación que derivó en las condenas, en abril de 2018, a los cabecillas de la violenta narcobanda «Los Monos», enfrentada a Alvarado.

En el juicio al «Esteban» quedó demostrado que “tumbaron” a “Los Monos” para levantar a la banda de Alvarado.

Los fiscales sostuvieron entonces que la banda tenía una «pata policial» que con sus aportes “permitieron construir un permiso estatal contrario a la ley para su beneficio ilícito”.

El capo narco que intentó fugarse de la cárcel federal de Ezeiza «es un tipo muy agresivo, no al estilo de Ariel ‘Guille’ Cantero, de tiroteos», puntualizó la fuente mencionada.

«Es inteligente pero sanguinario, debe tener cargados no sé cuántos muertos», agregó.

También identificó a Alvarado como un narcotraficante en el sentido más estricto de la palabra, no como alguien que comercia estupefacientes al menudeo.