Gonzalo Cervetti, estudiante de Ingeniería Electrónica de la facultad regional San Francisco de la Universidad Tecnológica Nacional, regresó días atrás de Alemania, país en el que estuvo capacitándose durante seis meses en el marco del Programa de Intercambio UTN-DAAD, una iniciativa que todos los años permite que decenas de alumnos de la Universidad Tecnológica Nacional puedan ser parte de una experiencia enriquecedora desde lo profesional como así también en lo personal. 

En un encuentro mantenido con el decano de UTN San Francisco, Alberto Toloza, Analía Olivera Seitz, del instituto Seitz Casa de Idiomas, y Rodrigo Ocampo, director de Proyección Estudiantil de la Secretaría de Asuntos Estudiantiles de UTN San Francisco, Gonzalo relató sus vivencias en el país germano: “Realicé mi experiencia en Ilmenau, que es una ciudad de 22.000 habitantes, está en el centro del país, en una zona de montaña. La ciudad es chica, pero la Universidad es muy grande, incluye muchas áreas como Economía, Multimedia, Ingenierías, Medicina, Electrónica y demás. Estuve seis meses ahí, y en ese tiempo realicé muchas actividades organizadas por la Facultad como excursiones, visitas a centros de esquí y otras que están incluidas en el programa, y además pude intercambiar experiencias con gente de todo el mundo, no solo europeos, sino latinos, africanos, asiáticos, que en definitiva es la mejor parte de la experiencia. Poder vivir eso, conocer gente de otros países, como viven, como ven las cosas cotidianas, en parte hace valorar lo que tenemos y uno aprende mucho”, dijo Gonzalo.

Nuevas experiencias

Después agregó: “Fue una experiencia nueva en muchos aspectos: nunca había volado en avión, nunca me había subido a un tren, nunca había viajado solo, en definitiva, fue un gran desafío que tuve que ir sorteando, que me hicieron cambiar mi punto de vista, mi forma de ser”.

Cuando llegamos allá, cada uno tenía su proyecto, fuimos sesenta de UTN y en Ilmenau nos quedamos nueve argentinos. Se nos dio la posibilidad de elegir entre desarrollar nuestro proyecto con el aval de algún grupo de investigación, o meternos en un grupo de investigación. Es difícil conseguir el aval de un grupo porque ya tienen sus lineamientos, de manera que me interesé en el área de Robótica, en el que terminé aprendiendo conocimientos que sirven para mi proyecto, pero no me dediqué puntualmente a lo que tenía pensado”, explicó el joven estudiante, al tiempo que señaló que “desde el área de Informática y Automatización hicieron contacto con una empresa alemana, MetraLabs, que está en esa misma ciudad, donde estuve trabajando en el área de software, desarrollando un software de visión artificial. Nunca había hecho algo así de manera que tuve que aprender mucho, esforzarme mucho, así que pude profundizar conocimientos y abordar una temática que no está tan profundizada en nuestro país”.

Consultado sobre la rutina diaria que llevaba adelante en Ilmenau, Gonzalo comentó: “En el día a día, yo vivía en el campus de la Universidad, en una habitación de unos 16 metros cuadrados, con una cocina y una cama, y un baño compartido con otros estudiantes. Por la mañana cursaba, por la tarde algunos días iba a trabajar a la empresa MetraLabs, y a su vez hacía deportes que ofrecía la Universidad: natación e iba al gimnasio. En ese día a día uno comparte con gente de todo el mundo, las clases son en alemán, así que hay que profundizar el conocimiento del idioma porque hay que pensar en alemán, y después tenía actividades cotidianas como ir al súper, comprar boletos, y otras cosas en las que también tuve que agilizar el manejo del idioma”.

“Hay cosas que suceden como por ejemplo cuando vas al súper y no hay productos que acá es común encontrar como el dulce de leche, talco, o yerba para el mate, cosas del día a día que no son tan obvias para el resto del mundo, como así también productos nuevos que uno tenía que animarse a ir probando, investigando de qué se trataba, hablando con gente de allá, escuchando recomendaciones y demás”, añadió.

Dejar de lado estereotipos

En relación a cómo fue recibido por los pobladores de Ilmenau, Gonzalo afirmó: “Yo iba con el estereotipo de que los alemanes son cerrados, o fríos, pero mi experiencia fue totalmente distinta, me trataron muy bien, tienen otra forma de ser como sucede en todo el mundo y uno tiene que aprender cómo son estas diferencias culturales, así uno deja de lado los estereotipos y comprende por qué son como son. Pero en mi caso, a mí me ayudaron en el día a día, a no perder el tren, me prestaron apuntes para que pueda rendir, me trataron más que bien”.

Consultado sobre si notó diferencias en el nivel académico en relación a la Universidad alemana donde estuvo estudiando, Gonzalo sostuvo que “con los conocimientos que tenía de acá eran suficientes para desenvolverme en las cátedras de allá, pero sucede que ellos tienen otros procedimientos, otra forma de evaluar, otra forma de encarar las carreras, porque allá las carreras tienen una orientación mucho más específica que nosotros, entonces esto permite estudiar temas con mayor profundidad que es algo que acá no se hace porque tenemos que tener conocimientos más generales. Y también está la diferencia en los recursos de los que dispone la Universidad”.

Durante su estadía en Alemania, el joven sanfrancisqueño pasó las fiestas de fin de año. Sobre esta experiencia, dijo: “La Navidad para ellos representa tiempo de familia, lo buscan como un tiempo de reflexión, inclusive está todo cerrado, salvo en las ciudades más grandes. Y en esa fecha una amiga me invitó a pasar la Navidad con su familia, porque ellos no conciben que uno pueda pasar la Navidad solo, y ese también fue una linda experiencia”.

Preparado desde 2013

Gonzalo Cervetti comenzó su preparación para este intercambio en 2013, apenas supo del programa DAAD. “Me enteré del programa DAAD en el cursillo de ingreso. Así que cuando empecé primer año en 2013 empecé a estudiar alemán, por fuera del programa, porque para postularse hay que estar por lo menos en segundo año. Me pareció una buena oportunidad para aprender un idioma nuevo, si después ganaba la beca, mejor, pero si no es una herramienta más que tengo al momento de encarar mi vida profesional. Así hice el primer año de alemán, en segundo año me anoté en el programa, en 2014, en 2015 presenté el anteproyecto de lo que quería desarrollar, y en este tiempo tuve que desarrollar el proyecto, profundizar el idioma, empecé a estudiar inglés para tener una alternativa, fui sorteando etapas, exámenes de idiomas, y todo culminó en mayo de 2017 cuando me confirman que estaba en el grupo becado para ir a Alemania. Fue un sacrificio, pero sin dudas lo volvería a hacer, hubo momentos difíciles pero lo pude hacer, participé de otras actividades como para fortalecer mi currículum, y así logré mi objetivo”, explicó.

Al pensar en un mensaje dirigido a los estudiantes de nuestra UTN que están pensando en ser parte de este programa, Gonzalo expresó: “Que no piensen en el mañana, que vivan el día a día, aprender un idioma es una herramienta que siempre sirve, ya sea para un intercambio o en la vida profesional. Y esta experiencia es una excelente oportunidad para ver el mundo de otra manera, otra cultura, y si pueden que lo intenten porque no hay nada para perder, es una experiencia completa que no tiene desperdicio”.

Apoyo institucional

El decano de UTN San Francisco, Alberto Toloza, manifestó la satisfacción que significa para la institución este tipo de experiencias: “Para una Facultad del interior cuesta mucho insertarse en Programas nacionales, y acompañarlos durante tanto tiempo. Estos jóvenes son una muestra de la voluntad que debe llevar una toma de decisión, porque ellos tienen que prever por lo menos dos años antes de la selección de los becarios, e inscribirse para aprender el idioma, elaborar un proyecto, ver el tema económico, por si bien uno los acompaña son ellos los que deben ponerse a estudiar el idioma, hacer el proyecto, planificar sus tiempos para no quedar atrasados en sus carreras, y que se haya mantenido durante el paso de los años significa la seriedad con que se ha tomado este tema desde la Secretaría de Asuntos Estudiantiles, y por otro lado, la voluntad y el esfuerzo de los estudiantes de tomar la decisión de participar y sostener esa decisión”.

“Nosotros acompañamos esa decisión”, dijo Toloza, y afirmó: “El esfuerzo que podamos poner en todo el proceso que implica este programa, desde la gestión de la Facultad lo vamos a seguir haciendo, y ojalá podamos seguir implementándolo no solamente en estudiantes sino con graduados y docentes”.

Aprender alemán

Analía Olivera Seitz del instituto Seitz Casa de Idiomas, fue quien coordinó la capacitación de Gonzalo Cervetti durante todos estos años. Ella indicó que para quien desee ser parte de este proceso, “empieza cuando los chicos se inscriben y comenzamos con el curso de Alemán. En la actualidad trabajamos con dos niveles, el básico y el superior. Nosotros nos enfocamos en el idioma pero sin dejar de lado la parte cultural, el país, porque es muy alejado y diferente a lo que estamos acostumbrados, es un país del que no conocemos demasiado y muchas veces tenemos prejuicios que vencer, eso es lo más difícil, presentar la cultura y el país desde otra óptica y derribar el mito de que el idioma alemán es difícil”.

Requiere esfuerzo y dedicación como cualquier otro idioma, y es una satisfacción muy grande ver casos como el de Gonzalo, que empezó a estudiar en primer año y pudo lograr su objetivo, nosotros trabajamos con el objetivo de ellos que es ir, viajar, conocer y perfeccionarse allá”, dijo la docente, y agregó luego que “aprender un idioma como el alemán que están muy relacionados con la tecnología, y aprenderlo va más allá de la beca, les va a servir en el día a día, va a ser un importante aporte a su currículum, por eso no deben sentirse frustrados si la beca no les sale favorable, porque es una herramienta que les va a servir en su futuro profesional”.

El Programa DAAD

Por su parte Rodrigo Ocampo, director de Proyección Estudiantil de la Secretaría de Asuntos Estudiantiles de UTN San Francisco, dijo que en el proceso de selección del que participó Cervetti, “los interesados a nivel nacional fueron unos 700, de esos quedaron sesenta entre los cuales estuvo Gonzalo”.

“Contar con un estudiante de nuestra UTN San Francisco inmerso en otro país donde el desarrollo y la educación son modelos para otros países es totalmente gratificantes, y a nosotros nos sirve también como multiplicador para otros compañeros que se animan y se inscriben al programa o a otras propuestas de intercambio”, aseguró Ocampo.

También indicó que “hay cuatro estudiantes que en los próximos días van a participar del proceso de selección que define los becarios que van a ir este año a Alemania. Y para el año que viene tenemos dos preseleccionados que están en el proceso de aprendizaje del idioma y de desarrollo de sus proyectos de investigación”.

Cabe recordar que UTN-DAAD es un Programa de Intercambio que permite que todos los años alrededor de 60 estudiantes de UTN de todo el país puedan realizar una experiencia tanto académica como laboral en universidades de Alemania. UTN costea los pasajes, mientras que la estadía queda en manos de las entidades que gestionan el programa desde Alemania. Es el programa de intercambio de grado más grande de UTN, destinado a estudiantes de ingeniería, que cuenta con plazas que período a período se ofrecen a todas las Facultades Regionales y Unidades Académicas para que los estudiantes de dichas facultades regionales participen.

El proceso que deben cumplimentar los estudiantes que quieran participar requiere de tiempo y esfuerzo, ya que deben anotarse dos años antes de la fecha de partida, estudiar el idioma alemán, presentar un proyecto de investigación para desarrollar en el país germano, y superar varias instancias de evaluación.

Los interesados pueden acercarse a la Secretaría de Asuntos Estudiantiles de UTN para obtener mayor información sobre el curso de alemán que se dicta, y los plazos del Programa UTN-DAAD. Las inscripciones para participar del curso de alemán y ser parte de DAAD siguen abiertas hasta el viernes 6 de abril.