Juan Martín del Potro ya no es ese joven "casi" desconocido que sorprendió al mundo al vencer a Roger Federer en la final del US Open 2009. Hoy, a siete años de esa conquista, es uno de los tenistas top del circuito, pese a los años oscuros que tuvo que vivir por las lesiones. Mientras vuelve a caminar los pasillos de Flushing Meadows tras dos ausencias consecutivas y los norteamericano se vuelven a rendir ante él. Pero no sólo el público, sino también los medios. El mejor ejemplo lo dio el diario The Wall Street Journal, que le dedicó un elogioso artículo titulado: "El hombre más amado del tenis".

"Le gusta cómo cambió el US Open -el techo del estadio Arthur Ashe, el nuevo estilo de las tribunas y las canchas de entrenamientos- desde que estuvo por última vez, en 2013. Está muy agradecido porque el público alienta por él y le pide autógrafos. Y también ha sentido ese cariño en las palabras de sus colegas, que no quieren perder contra él, pero que saben cuánto sufre sin jugar al tenis. 'Estoy muy orgulloso de eso, porque creo que me admiran por todo lo que he sufrido para llegar aquí', dijo Del Potro. 'Es sorprendente todo el amor que recibo de ellos'", cuenta el periodista Tom Perrotta en las primera líneas de la nota.

También recuerda cómo sorprendió en Flushing Meadows: "En 2009, Del Potro era un extraño talento, un argentino desgarbado que no parecía capaz de vencer a un campeón como Roger Federer o a Rafael Nadal". Luego, hace un repaso de las lesiones y las largas recuperaciones que tuvo que atravesar para poder regresar al circuito.

Además, el artículo asegura que Del Potro "ya no tiene miedo de decir que está empezando a sentirse como el jugador que ganó el US Open". Y cita algunas declaraciones suyas: "Es como si fuera ayer para mí. En mi cabeza, todavía estoy soñando en hacer algo grande en el tenis".

Eso sí: el periodista hace hincapié en la decisión del tandilense de no contratar a un entrenador. "Del Potro no tiene entrenador y tampoco apuro para contratar a uno. Él entiende que su cuerpo y su tenis están bastante bien. Dijo que le gustaría mejorar algunas cosas más por su cuenta".

Sobre el final, el artículo detalla el tipo de jugador en el que se convirtió después de las lesiones: "Del Potro todavía siente dolor, pero está pensando en eso con menos frecuencia. Él realiza terapia de recuperación en su muñeca durante tres o cuatro horas al día. Dijo que es casi tan emocionante como conducir un descapotable en el centro de Manhattan en una tarde de agosto. Tuvo que adaptar su técnica de revés, aunque no es tan fuerte como le gustaría durante los partidos. Usa el slide con mayor frecuencia. Asegura que está bien. Del Potro tiene una mejor volea hoy que cuando ganó el US Open. Es un jugador inteligente. También es más paciente".

Y agrega: "Algo no cambió: el golpe de derecha de Del Potro es tan mortal que sirve como advertencia de lo que es capaz para sus rivales. Es difícil, fuerte e incluso produce un poco de miedo".