Por Manuel Ruiz

“Esta no es una pensión como la de los otros clubes, donde está lleno de chicos, el baño es uno para muchos y se come de a un montón en un salón. Acá vivimos cinco amigos en una casa”. A la imagen instalada en el ideario popular sobre lo que es la pensión de los clubes de fútbol del país la rompe Matías Regiardo, que llegó desde Monte Maíz a principio de año para entrar en la pensión de calle Colón, cerca del Boero, que tiene Sportivo Belgrano. Una de las dos casas que la “verde” decidió abrir en principios de 2014 para darle más competitividad a sus divisiones inferiores.

Además de Matías, hay otros 9 chicos distribuidos en las dos pensiones. Algunos están desde el inicio y otros han llegado en reemplazo de quienes estuvieron antes en el proyecto que armaron hace casi dos años atrás Sebastián Scolari, Mario Juárez y la Comisión Directiva de Sportivo, y que hoy está a cargo de Ariel Tuninetti, secretario deportivo del club, que hace de todo en la institución y que además del encargado de pensión es el tutor responsable de cinco de diez los chicos.

Celador de sueños

“Tengo que estar atento y al tanto de lo que surja. Paso a verlos dos veces al día. Los que están haciendo el secundario van al colegio, a la tarde entrenan y a la noche lo aprovechan para estudiar. Los que no van al colegio, porque ya lo terminaron, a la mañana van al gimnasio y a la tarde entrenan. Dos de los chicos están haciendo carreras en la UTN. Ser jugador de fútbol no es fácil, menos a su edad, hay un sacrificio muy grande de ellos y de su familia. El desarraigo en los chicos más chicos se nota. Y te lo hacen saber con el afecto”, asegura Tuninetti, que además de encargarse semana a semana de comprarles la comida, pagarle los seguros médicos y llamar al electricista, al gasista o lo que les haga falta, es un sostén muy grande para los pibes de la cantera verde. Lo dice Matías cuando pide por favor que en la nota aparezca lo agradecido que están ellos con Ariel y la gente del club.

Los de barrio Alberione

Junto a Matías viven en la pensión del club de barrio Alberione (la otra está por calle Cabrera cerca de Bomberos) Juan Cruz González, Santiago Scotta, Mathias Nellen y Santiago Gaido. “Tenemos discusiones típicas de convivencia. Nada extraño”, dicen coralmente los chicos que llegaron de diferentes pueblos de la provincia. Juan Cruz lo hizo desde Nogoyá: “Es en Entre Ríos”, grita mientras revuelve la olla con la pasta. Querer llegar es también aprender a convivir, no con uno, sino en este caso de a cinco.

Todos los días hay entrenamiento y los domingos, partido. Todos juegan con la casaca verde en la Liga Regional, en la Primera local, y Santiago Gaido lo hace en la pre juvenil. Salvo por Gaido, que cursa el secundario en el Ravetti, todos han seguido estudiando una vez que salieron de la escuela. Regiardo hizo un año de diagnóstico por imágenes y un curso de idiomas. Mismo curso que está haciendo ahora Scotta. Mathias está haciendo a distancia diseño multimedia y Juan arrancó el profesorado de historia y cuando se saque la previa que debe, lo retomará.

La meta es clara: poder jugar profesionalmente al fútbol. Pero la formación, saben, debe ser más grande, exceder el hecho de saber dar un pase a cinco metros, porque nunca ha sucedido que los jugadores de fútbol dejan de ser personas que deben tener las herramientas necesarias para integrarse en un sistema social.

Están los fideos

En la otra pensión hay otros cinco, y cuenta Tuninetti que la idea es ampliar y extender la base de pensionados a 20. Los resultados que se ven en la cancha indican que todo ha salido más que bien, que la inversión fue acertada. Los pibes, cómodos, piensan en eso que vinieron a conseguir, mientras se forman como personas y forman lazos que quizás recuerden cuando vean de más grandes la foto que ilustra esta nota. Lleguen o no a Primera, sigan o no en el proyecto. Esté o no Ariel para llamar al gasista. Juan Cruz grita desde la cocina que los fideos están listos, quizás se acuerden de eso. De que los fideos más ricos eran los de la pensión de Sportivo.

Los pensionados

Juan Cruz González, Matías Regiardo, Santiago Scotta, Mathias Nellen, Santiago Gaido, Fernando Catube, Ivo Leiría, Alejandro Tello, Gastón Gómez y Nicolás Cabrera.