Lo que iba a ser una gran fiesta terminó en otro papelón del fútbol argentino: la segunda final de la Copa Libertadores entre River y Boca fue postergada para el domingo a las 17 luego de algunas postergaciones durante el día debido a que jugadores del club xeneize resultaran con heridas después de que hinchas de River atacaron a piedrazos el colectivo que los trasladaba al estadio Monumental. 

La decisión fue confirmada minutos antes de las 19:30 por Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol, ante los medios de prensa. El organismo había postergado el partido primero para las 18 (estaba previsto a las 17) y luego a las 19:15. Finalmente, ante la negativa de los jugadores de Boca de jugar y el acuerdo entre los dirigentes, Dominguez comunicó que se jugará el domingo 25 de noviembre a las 17.


Dos jugadores de Boca resultaron con heridas cortantes y otros cuatro afectados por gas pimienta que habría arrojado la Policía para contener el ataque.

"Nos tiraron gas pimienta, piedras, de todo… al micro", dijo el vicepresidente del club "Xeneize", Juan Carlos Crespi, antes de ingresar al vestuario visitante.

Otro de los dirigentes, César Martucci, dio su versión de los hechos: "Las fuerzas de seguridad se vieron desbordadas, había mucha gente. Eso los obligó a tirar gases lacrimógenos para proteger a la delegación de Boca y estos ingresaron al vehículo".