Hay cuatro fotos que Roberto Acuña no se olvidará nunca de Río de Janeiro, de sus primeros Juegos Olímpicos con la camiseta de la selección argentina de básquet: la del Maracaná lleno de deportistas en la ceremonia inaugural, la de cuando le tocó ingresar en su primer partido al lado de la Generación Dorada, la de él hecho un solo abrazo con sus compañeros luego del triunfo de Brasil y la del último partido, cuando en el final del juego ante Estados Unidos el quinteto nacional dentro de la madera olímpica formó con Ginóbili, Delfino, Nocioni, Scola y Acuña.

Ya de vuelta en el país, Acuña fue reconocido este viernes por la Municipalidad de San Francisco y en rueda de prensa dejó en claro qué significó lo que acaba de vivir en tierras cariocas.

“Fue una experiencia muy linda la que me tocó vivir, estar con la Generación Dorada todavía no entra en mi cabeza, estar en el retiro de Manu (Ginóbili) y de Chapu (Nocioni), compartir con ellos momentos inolvidables, la verdad que estoy muy feliz por lo que pasé. Me traje mucha experiencia tanto para mi vida, como para mi deporte. Feliz de representar a la Argentina, a San Francisco. Que me hayan recibido de esta manera es un honor y un orgullo”, abrió la charla Roberto, acompañado por el intendente Ignacio García Aresca y el director de Deportes, Juan Iturburu.

¿Cuándo caíste que eras olímpico? cCómo fue el primer partido ante Nigeria y el de Croacia en el que te fuiste ovacionado?

Caí en los primeros amistosos en Buenos Aires, pero terminé de caer en el primer partido ante Nigeria, y ahí dije que era tiempo de demostrar que estaba para jugar. Entré con la energía que me pide Sergio (por Hernández), así que disfruté de cada minuto que me tocó jugar. Contra Croacia, cuando salgo de la cancha, me senté en el banco y se me cayeron un par de lágrimas al sentir el apoyo de todos los hinchas en el estadio. Me tocó vivir un partido increíble, me sentí con mucha confianza. Confié en mí, trabajo mi cabeza pensando que no me importa quién tengo adelante, que nadie puede ser mejor que yo. Lo mismo me decía Manu: vos entrás y no tenés que respetar a nadie, y traté de poner eso en práctica en todos los partidos que me tocó entrar.

¿Qué sensaciones te generó la primera previa a un juego? ¿qué cosas te sorprendieron de los Juegos Olímpicos?

Piel de gallina, antes de entrar a la cancha ya sentías el aliento de la gente, sentís esa energía extra que te da la gente. Sorprender, me sorprendió todo. Cruzarme con Bolt, Djokovic, Del Potro o Nadal en una comida. Encontrarme con deportistas que yo veía por la tele, tenerlos ahí.

¿Cómo fue el momento en que te enterás que vas a ser olímpico?

El día que Sergio hace el último corte, nos junta a todos en la mitad de la cancha, sabíamos que Juan Pablo Vaulet estaba como invitado, así que quedaba un solo corte por hacer, y cuando dijo Galizzi, me agarró un tembleque en las piernas increíble. Lo único que quería era llegar al hotel y avisarle a mi famiia. Cuando prendí el celular me explotaba en mensajes, empecé a leer y no me quería quebrar porque compartía habitación con Galizzi, por respeto. Pero en un momento no aguante más y me encerré en el baño, prendí la ducha y creo que lloré por 45 minutos, pero necesitaba descargar de alguna forma todo lo que me pasaba.

Te tocó estar en cancha en los últimos minutos del partido contra Estados Unidos, de los últimos minutos de la Generación Dorada, un momento triste pero para vos debe haber sido un orgullo

Sí, fue algo duro, pero agradecido a Dios de haber estado ahí. No importa si jugué poco, pero tener el privilegio de terminar el partido y estar con esos cuatro cracks en cancha fue cumplir un sueño. Sé que Sergio me dejó en cancha por algo. Entre abrazos después del partido se me caían lágrimas por tristeza por lo de Manu y Chapu, porque quedamos afuera, pero también por emoción de haber jugado con estos tipos, fue un sueño.

¿Y ahora? Estar donde tuviste te abre el abanico de posibilidades profesionales.

Siempre hay que estar con los pies en la tierra, me lo enseñaron mis viejos. Estés donde estés, hay que trabajar duro, esto me sirve para trabajar más, me da mucha más fuerza. Sé que me va a tocar estar en la selección por más tiempo, así que tengo que demostrar que sigo estando a la altura y más también.